El activista que pesaba unos 110 kilogramos antes de ser detenido, el 2 de agosto, ahora pesa no más de 60 kilos, de acuerdo con el testimonio de su hermana quien lo visita en la cárcel de Tocuyito
(11-11-2024) El 2 de agosto, cuando Edward Ocariz, defensor de derechos humanos y activista del partido político Primero Justicia, fue sacado de su casa y detenido, pesaba 110 kilos aproximadamente. Ahora, tres meses y cinco días desde entonces, su hermana calcula que no pesa más de 60 kilogramos.
Sol Ocariz, la hermana del activista, relata que desde su detención solo ha podido verlo en tres ocasiones, pues lo mantienen privado de libertad en la cárcel de Tocuyito, donde no les permiten a las familias llevarles comida a los presos y muy pocas veces les dejan pasar galletas y agua para ellos.
“En tres oportunidades lo he podido ver. La primera vez quedé impactada porque mi hermano era un hombre de 110 kilos y ahora creo que si tiene 60 kilos es mucho. Está muy demacrado, ojeroso y me comenta que la alimentación es muy mala, muy poca, y la hidratación igual”, dijo a Crónica Uno.
Las consecuencias de la detención
Aunque Sol aseguró que su hermano trata de mantenerse fuerte, mental y emocionalmente, la cárcel y saberse acusado de terrorismo, incitación al odio y alteración al orden público hicieron mella en su condición física, que ella describe como “descompuesta”.
“Está flaco, pálido. Tengo entendido que salen al sol una vez a la semana por 20 minutos. Les he estado llevando sus medicamentos, sus cosas de tratamiento que me están recibiendo, pero igual me preocupa su condición”, explicó.
El activista por los derechos humanos, de 53 años de edad, padece de enfermedades como hipertensión, artritis y otra que afecta su columna.
Sol explicó que aunque la familia de Edward es grande, muchos están fuera de Venezuela y otros son personas mayores, por lo que ella tuvo que hacerse cargo de la atención y necesidades de su hermano, así como de las diligencias para exigir su liberación.
Desde el día de la detención, Edward estuvo en el Sebin de El Helicoide, una sede policial en Maripérez, en celdas de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), en Boleíta, hasta que fue llevado a Tocuyito, donde permanece.
Su hermana relató que no fue sino hasta la última visita cuando le permitieron entregarle una garrafa de agua de cinco litros, galletas, caramelos, algunos dulces y dos prendas de ropa interior, las primeras que le entrega desde que se lo llevaron de su vivienda.
Contó que en Tocuyito le permitieron consignar medicinas que se llevan al dispensario de salud del penal, desde donde entregan a su hermano y a cualquier privado de libertad que lo necesite.
Por eso ella lleva, además del tratamiento para la tensión de él, medicinas para atención primaria general, vitaminas y otros complementos para garantizar el bienestar de su hermano y sus compañeros de prisión.
“Una injusticia”
Edward fue detenido tras las elecciones del 28 de julio, específicamente el 2 de agosto, cuando funcionarios de la PNB llegaron a su apartamento, ubicado en Coche. Previamente los efectivos visitaron a otra familiar y a varios vecinos, a quienes le preguntaron por él.
Durante la detención los policías no mostraron ninguna orden judicial ni argumentos para justificarla.
Anteriormente Sol relató a Crónica Uno que mientras estuvo en Boleíta, al defensor de DD.HH. “le hicieron una encerrona de más de dos horas, en la que quisieron obligarlo a que firmara y grabara en contra de varios actores políticos de oposición”.
Agregó entonces que, aunque simularon que le iban a pegar no lo hicieron. Posteriormente, le pidieron firmar un papel que, de acuerdo con el testimonio de sus parientes, decía que le garantizaron todos sus derechos. Tampoco lo firmó.
Sol explicó que si bien ahora le han permitido verlo y pasarle algunas cosas, la petición última de toda la familia es su liberación, porque “es inocente”.
“La petición más urgente es que le den la libertad. Mi hermano Edward Ocariz es, desde hace muchos años, un activista y un representante de los derechos humanos en la parroquia Coche. Él nunca, nunca, ha pisado una jefatura por alguna denuncia, no tiene antecedentes penales o de mala conducta, de ningún tipo. No nos explicamos por qué está en esto”, insistió.