Una ley de 1977 que restringe la donación de sangre de personas LGTBIQ+, mitos y la falta de políticas que promuevan la donación voluntaria de sangre, complica salvar vidas en Venezuela
Emmanuel Rivas/Caleidoscopio Humano
“Donar sangre es donar vida”. Cuantas veces no hemos escuchado esta frase cuando se acerca el Día Mundial del Donante. Y es así. Al donar sangre le estás dando la oportunidad a otra persona de salvar su vida.
Para donar sangre debes tener entre 18 y 60 años, gozar de buena salud, no tener enfermedades infectocontagiosas, si tienes tatuajes o piercings deben tener al menos 6 meses de antigüedad, pero, en Venezuela, además, no debes ser homosexual. Y es que, las leyes venezolanas tienen restricciones contra la comunidad LGBTIQ+ que desea donar sangre.
De acuerdo con la Ley de Transfusión y Bancos de Sangre de Venezuela de 1977, actualmente vigente, refleja que las personas que tuvieron relaciones sexuales con individuos de su mismo sexo no podrán donar sangre, porque son catalogadas un grupo de riesgo.
A esta comunidad se le considera de “alto riesgo” por estar expuestos a enfermedades como el VIH -nada más alejado de la realidad-. En todo caso, esta posibilidad se puede descartar con un simple análisis de sangre.
Además, todos, sin importar nuestra preferencial sexual, estamos expuestos a infecciones de transmisión sexual (ITS) si no llevamos una vida sexual responsable.
“En los bancos de sangre de Caracas, solo con ver una actitud amanerada o un gesto descartamos la posibilidad de donación. Sabemos que en las entrevistas muchas personas esconden su preferencia sexual, pero no podemos exponer la vida de los pacientes”, así lo indicó un profesional del Banco Municipal de Sangre del Hospital Vargas, el cual prefiere mantenerse bajo anonimato.
Bancos de sangre sin sangre
Se estima que, por cada 1000 personas, entre 40 y 50 deberían donar sangre; sin embargo, en Venezuela solo donan entre 15 y 17 personas. Esto hace que en los Bancos de Sangre haya deficiencia de unidades sanguíneas y que, los pacientes o sus familiares deban recurrir a las redes sociales para lograr conseguir donantes que, en muchas oportunidades les cobran.
“Tenía a mi mamá hospitalizada en el Hospital Universitario de Los Andes de Mérida en espera de una operación. Contábamos con todos los insumos que nos solicitaron, pero nos faltaban los 10 donantes. En el Banco de Sangre del hospital no tenían suficiente sangre para cubrir la demanda de mi mamá y los demás pacientes. Por la migración, nuestra familia en Venezuela se redujo a mi mamá, mi hermana, un sobrino y yo (…) nuestra única opción fue acudir a las redes sociales para intentar cubrir la cuota de donaciones que nos exigían”, contó, a Caleidoscopio Humano, Lorena Gómez.
Agregó que por redes sociales los contactaron varias personas que, de manera voluntaria, se ofrecieron a donar sangre a nombre de su mamá. Sin embargo, “otras nos decían que cobraban entre 10 y 20 $ por donar su sangre”. Un negocio que cada vez es más común.
Oswaldo Guillén señaló que él y su familia tuvieron que pagar 5 $ por persona como “incentivo” para lograr reunir 5 donantes que necesitaban para un familiar que había tenido un accidente.
“La gente está haciendo de la necesidad de los demás, un negocio que resulta mucho más lucrativo y beneficioso que sentarse todo el día en una oficina o atender un negocio”, denunció.
No hay cultura para donar
Venezuela es el segundo país con menos donantes voluntarios, cerca del 95 % de las personas aptas no donan sangre en Venezuela. Además, existen mitos en torno a la donación de sangre como el aumento de hemoglobina o de la masa corporal (gordura).
La ausencia de una cultura de donación voluntaria complica a Venezuela. La mayoría de donaciones de sangre que se realizan en el país son por reposición cuando un amigo o un familiar requiere de una trasfusión de sangre.
Al donar sangre, no solo estamos salvando la vida de una persona. Los avances científicos han permitido obtener, de un solo donante, cuatro hemoderivados: plasma fresco congelado, concentrados globulares, plasma rico en plaquetas y crioprecipitados, permitiendo actuar en cuatro tratamientos diferentes que podrían beneficiar hasta a 4 personas distintas.
Se debe crear consciencia, emplear políticas y hacer compañas que permitan incentivar y promover la importancia de la donación de sangre. De igual forma, actualizar las leyes que limitan o impiden que las personas con preferencias sexuales diversas, puedan donar sangre. Su sangre es valiosa y necesaria.