(22-03-2022) / Opinión: Patricia Bonsanto
Venezuela vive actualmente una crisis profunda para acceder al agua potable. Este 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua y el país, que cuenta con alrededor de 1.000 ríos y saltos de agua dulce que alimentan 1.320 km3 de reservas de agua, no abastece de forma eficiente a los hogares de sus ciudadanos.
La problemática afecta de forma sistemática a niños, niñas, jóvenes, adultos y personas mayores sin distinción y es que Venezuela vive una realidad distinta al resto de los países de la región, ya que vive una emergencia humanitaria compleja en la que destaca la vulneración, por parte del Estado, de derechos humanos tan importantes como el acceso al agua potable.
Según el documento Venezuela emergencia humanitaria compleja: Respuesta humanitaria, desafíos para la sociedad civil, escrito por Vanessa Cartaya Febres, Feliciano Reyna Ganteaume, y Geoff Ramsey: “Por primera vez el país se menciona en el Panorama Global Humanitario como una de las crisis humanitarias más graves para el año 2020”. Sin embargo, la crisis de agua data de muchos años atrás.
Principalmente desde los últimos 10 años en los que se ha visto de forma consecutiva que el acceso al agua potable es cada vez más difícil, sin importar la zona o ciudad en la que se encuentren los ciudadanos, en Venezuela se puede pasar de 3 días continuos a más de 30 días continuos y hasta meses sin acceso a agua potable, comprometiendo de esta forma la salud y la higiene de las personas.
Según el Observatorio de Servicios Públicos de Venezuela (OVSP),casi nueve de cada diez venezolanos sufren interrupciones en el suministro de agua. Esto se debe en gran medida al abandono de las estaciones de bombeo que necesitan de los fondos públicos para su mantenimiento.
¿Por qué el suministro de agua falla en nueve de cada diez hogares de Venezuela?
Hace 20 años, Caracas recibía 20.000 litros de agua por segundo y hoy recibe 8.000 menos. La mayor parte de la infraestructura de control y distribución de agua dulce fue construida entre los años 1940 a 1995. Grandes represas como “El Guri”, no solo controlan el flujo de agua, sino que también suministran la energía eléctrica a todo el país, a lo que se hace importante destacar que es el Estado venezolano el que tiene control y se encarga de la distribución del agua dulce de todo el país, a través de la empresa pública HIDROVEN.
Desde el año 2014 la situación crítica se acrecentó, y a la luz de hoy en el 2022 no hay mayores mejoras, solo muy pocos han tenido acceso a la creación de pozos dejando a los más vulnerables en una situación de absoluto desamparo. Según la Organización de las Naciones Unidas «9,78 millones de venezolanos vivieron bajo racionamiento formal de agua corriente en 2016 y 2017. Recibieron en promedio dos días de agua a la semana”.
En el informe de la ONU, del año 2020, el 25% de los hogares en Venezuela no tiene acceso estable a agua potable, y cuatro de cada diez hogares sufren constantes cortes de los servicios de luz y agua.
El documento señala que las familias venezolanas se ven obligadas a usar estrategias alternativas como la compra de agua embotellada o el uso de camiones cisterna, para acceder al agua potable.
Las Naciones Unidas este año 2022 tiene el foco de atención centrado en las aguas subterráneas, unas aguas invisibles cuyos efectos se aprecian en todas partes. Se trata de aguas que se encuentran bajo tierra, en los acuíferos (formaciones de rocas, arenas y gravas que contienen cantidades importantes de agua). Tras alimentar manantiales, ríos, lagos y humedales, las aguas subterráneas finalmente se filtran a los océanos. Su principal fuente de recarga es la lluvia y la nieve que se infiltran en el suelo y pueden extraerse a la superficie por medio de bombas y pozos.
El 28 de julio de 2010, a través de la Resolución 64/292, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que un agua potable limpia y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los derechos humanos.
El estudio anual de la ONG Monitor Ciudad correspondiente a 2021, que abarcó las zonas de Caracas, Maracaibo, Valencia, Valles del Tuy y el estado Amazonas, reportó que «todos los acueductos del país están sin agua la mayor parte del tiempo».
«Debido a las incontables fallas en los sistemas de suministro, los venezolanos se las ingenian para aprovechar al máximo las pocas horas de servicio que reciben, almacenando la mayor cantidad de agua en tanques y en cuanto recipiente sirva para reservarla», apuntó la organización.
Personas afectadas por la vulneración a su derecho al acceso al agua potable
Una encuesta del Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP), realizada en enero de 2021 en 12 ciudades del país, refleja que a pesar de que el 89,7% de los hogares está conectado al sistema de tuberías, solamente el 25% de los ciudadanos tiene servicio del líquido elemento de forma continua, y que un 47,7% de los casi 29 millones de habitantes del país se ven obligados a almacenar agua en pipotes (bidones).
Lo que prolifera focos de zancudos y mosquitos que transmiten enfermedades como el dengue, zika o chicungunya, sin dejar de lado que hace aún más difícil el manejo de la pandemia, ya que se vuelve imposible el adecuado lavado de manos.
Al almacenarse el agua por tantos días también se corre riesgo de infecciones gastrointestinales, diarreas y otras, cosa que se agrava en condiciones de vulnerabilidad como cuando hay poco acceso a los alimentos o desnutrición en niños y adultos mayores. Un país en situaciones normales podría sortear la escasez de agua, sin embargo en el caso de Venezuela, al encontrarse en emergencia humanitaria compleja, todos los problemas se acrecientan más.
Sumado a esto está el hecho de que el agua llega contaminada, en la mayoría de los hogares, la calidad del agua potable no es la que se espera y las comunidades vulnerables no tienen como potabilizarla.
En la actualidad no existen acciones por parte del Estado venezolano que asuma un compromiso para llevar agua a los hogares de sus ciudadanos, sin contar que tanto escuelas como hospitales de toda la nación se encuentran en la misma situación precaria.
Desde Caleidoscopio Humano, hoy Día Mundial del Agua, exigimos al Estado venezolano que aplique políticas públicas y lleve a cabo acciones que garanticen el acceso al agua potable por parte de todos los ciudadanos, sin distinciones, garantizando de esta forma el cumplimiento de sus derechos.