Gabriela Buada Blondell / Caleidoscopio Humano. – El Hospital General de Lídice Dr. Jesús Yerena —conocido como Hospital de Lídice u Hospital general de Lídice está ubicado en La Pastora, Caracas. Uno de los principales centros de salud de la ciudad capital, que cuenta con una unidad de quemaduras con personal especializado. Sin embargo, lo que ves en ese lugar pareciera que es sacado de una película de Netflix. Claro, también es cierto que lo han denunciado un sinfín de organizaciones que trabajan el derecho a la salud en Venezuela.
La pesadilla comienza desde el momento que entras. La atención desproporcionada del personal médico y de enfermería que informan sin reparo que «no hay personal», también al intentar habar con algún especialista es fácil darse cuenta de la soledad y que los pocos galenos que están son de otras nacionalidades e incluso no hablan español.
Al caminar por los pasillos se percibe con facilidad olor a orine, las camillas pocas son las que tienen colchones y las ratas gigantes suben desde la morgue hasta los primeros pisos, tal vez también pidiendo auxilio.
Es imposible dejar de mencionar la puerta del banco de sangre que luce un papel de reciclaje para informar los señalados 19 días del mes de abril en el que no contarán con personal de ningún tipo.
Un día mundial de la salud con un sistema en ruinas como el de Venezuela:
- Escasez de medicamentos y equipos médicos: La falta de inversión y de mantenimiento en el sistema de salud ha llevado a una escasez generalizada de medicamentos, material médico y equipos necesarios para la atención médica adecuada.
- Falta de personal capacitado: Muchos profesionales de la salud han abandonado el país en busca de mejores condiciones laborales, lo que ha provocado una carencia de personal capacitado y especializado en los hospitales y centros de salud.
- Deterioro de la infraestructura: La falta de mantenimiento y de inversión en infraestructura ha llevado al deterioro de los hospitales y centros de salud, con la falta de condiciones básicas de higiene y seguridad para pacientes y personal médico.
- Colapso de servicios de emergencia: Los servicios de emergencia se encuentran desbordados y con falta de recursos para atender casos urgentes, lo que pone en riesgo la vida de pacientes en situaciones críticas.
- Corrupción y desvío de recursos: La corrupción y el desvío de recursos destinados al sector de la salud ha contribuido al deterioro del sistema y ha impedido que los fondos lleguen realmente a quienes los necesitan.
El sistema de salud en Venezuela se encuentra en una grave crisis, con consecuencias devastadoras para la población. La falta de inversión, la corrupción y la falta de políticas adecuadas han llevado a un deterioro progresivo de los servicios de salud en el país.
Garantizar el Acceso Universal a la Salud
El acceso a servicios de salud de calidad es un derecho humano fundamental. Sin embargo, en Venezuela, la falta de recursos, la escasez de medicamentos y la precariedad de la infraestructura hospitalaria han limitado el acceso de la población a una atención médica adecuada. Invertir en el sistema de salud es esencial para garantizar que todos los ciudadanos puedan recibir la atención necesaria, independientemente de su condición socioeconómica.
Mejorar la Calidad de Vida de la Población
Un sistema de salud funcional no solo implica la disponibilidad de servicios médicos, sino también la calidad de los mismos. La falta de inversión se traduce en una baja calidad de la atención, lo que pone en riesgo la vida de los pacientes y contribuye al aumento de enfermedades prevenibles. Al invertir en el sistema de salud, se puede mejorar la calidad de vida de la población, reducir la mortalidad infantil y materna, y prevenir enfermedades que afectan a la comunidad.
Impulsar el Desarrollo Económico y Social
Un sistema de salud robusto tiene impactos positivos en el desarrollo económico y social de un país. Una población sana es más productiva, lo que se traduce en un aumento de la capacidad laboral y en un impulso a la economía. Además, una mejor salud reduce los gastos en atención médica a largo plazo y aumenta la inversión en otros sectores clave, como la educación y la infraestructura.
Combatir la Corrupción y la Desigualdad
La falta de inversión en el sistema de salud ha alimentado la corrupción y ha perpetuado la desigualdad en el país. Los recursos destinados a la salud son desviados o mal utilizados, dejando a la población vulnerable desprotegida. Al invertir en el sistema de salud, se puede combatir la corrupción, fortalecer las instituciones y garantizar que los recursos lleguen a quienes realmente los necesitan, reduciendo así las brechas de desigualdad.
En resumen, invertir en el sistema de salud en Venezuela es una necesidad imperante para garantizar el bienestar y la salud de la población. Una atención médica de calidad es un derecho fundamental que debe ser asegurado para todos los ciudadanos. La inversión en el sistema de salud no solo beneficiará la salud de la población, sino que también tendrá impactos positivos en el desarrollo económico y social del país. Es hora de priorizar la salud de la población venezolana y trabajar para reconstruir un sistema de salud sólido y eficiente.
Este domingo 7 de abril se celebrará el Día Mundial de la Salud (DMS). Esta fecha fue seleccionada de forma estratégica para celebrar cada año el aniversario de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este año cumplirá sus 76, desde que fue fundada, en 1948. Cada año, se selecciona un tema para destacar un área prioritaria de preocupación de salud pública en el mundo. Por este motivo, este 2024, el lema para celebrarlo, es el de «Mi salud, mi derecho».
Con el tema de este año, se pretende motivar a los gobiernos a nivel mundial, a permitir el libre acceso a las instituciones de salud. Según el organismo, la mitad de la población mundial (4.500 millones de personas) no tienen cobertura a servicios de salud esenciales.
En el caso venezolano, el Estado pretende que todas las personas se acostumbren a contar con un sistema de salud gratuito, pero en ruinas y que además la corrupción galopa por todas sus estructuras. Las excusas de las sanciones y culpar a otras personas quedaron obsoletas, las personas sufren porque no tienen como salvar la vida de sus familiares con cualquier condición crónica o afección que estén padeciendo.