Francisco González/Internacionalista/Líder emergente de MonitorDescaVe e Investigador de Caleidoscopio Humano
(13-11-2024) Cada 13 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Bondad, que busca reforzar la idea de que los seres humanos tenemos una inclinación natural a ser buenos y a hacer el bien.
En ese sentido, la «bondad» es, sin duda, sinónimo de «humanidad» y la humanidad es el eje fundamental de la asistencia humanitaria.
La asistencia humanitaria es la respuesta articulada a contextos de crisis económicas, guerras, desplazamientos humanos o conflictos bélicos, que la comunidad internacional creó hace ya varias décadas.
La mayor parte de estos mecanismos se centran en brindar asistencia legal, comida, agua o transporte a comunidades en situación de vulnerabilidad.
Sin embargo, a pesar de la buena intención de quien participa en dichas actividades, es indispensable que la asistencia humanitaria sea una herramienta cooperativa y no estrictamente asistencialista. Es decir, la asistencia humanitaria, si bien es crucial en momentos de crisis, debe ir más allá de la respuesta inmediata.
Es fundamental construir capacidades locales y fomentar la autonomía de las comunidades afectadas. Esto implica no solo proporcionar ayuda material, sino también transferir conocimientos y habilidades que permitan a las personas reconstruir sus vidas y sus comunidades de manera sostenible.
Por ejemplo, una comunidad desplazada por la guerra, que se ha consolidado en un espacio a tiempo indefinido, necesita más que cajas de comida periódicas.
Necesita, entre otros, conocimientos sobre cría, siembra y cocina, para poder autoabastecerse y no volverse dependientes de ningún Estado ni organismo de asistencia humanitaria.
En Venezuela, en el marco de la Emergencia Humanitaria Compleja que el país atraviesa, diversas instituciones y organismos con frecuencia brindan apoyo a comunidades expuestas a situaciones de vulnerabilidad, pero no les dejan capacidades instaladas para que las comunidades puedan hacer frente a las adversidades una vez cese la ayuda.
Ayudar, por ende, no es solo «dar» de manera deliberada, sino construir de manera cooperativa sobre las bases de la sostenibilidad, la autonomía y la autosuficiencia.
La bondad, en este sentido, se manifiesta en la construcción de un futuro más justo y equitativo para todos y todas.