Educación y comunicación

Día Internacional de la Educación: Comunicación y educación, indispensables en la construcción de una mejor sociedad

Con la implementación de las TIC en la educación, el proceso educativo se hace mucho más dinámico y global.

Con la llegada de la pandemia de Covid19, la comunicación y la educación estrecharon lazos; sin embargo, esto también dejó en evidencia la brecha digital existente. Más de 1200 millones de niños, niñas y adolescentes en el mundo implementaron tecnologías de la comunicación y la información para poder cumplir con sus programas de aprendizaje. En Venezuela la poca conectividad limita el uso de las TIC.

Por Emmanuel Rivas

(24-01-2022) La comunicación tiene una gran influencia en el proceso educativo actual. Las tecnologías de la comunicación y la información (TIC) han contribuido a que la comunicación y la educación se unieran, tal parece, para no separarse.

La implementación de las TIC ha innovado la educación, al punto que escuelas, liceos y universidades han tenido que implementar herramientas tecnológicas para facilitar el proceso educativo.

En medio de la pandemia por Covid-19, el uso de herramientas tecnológicas para el proceso educativo se incrementó y fortaleció la unión entre la comunicación y la educación. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), más de 190 países cerraron los centros educativos para así evitar la propagación del virus y mitigar su impacto; lo que los obligó a implementar herramientas tecnológicas para cumplir con las clases programadas.

Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), estima que a mediados de mayo de 2020 -en la primera ola de contagios por Covid19-, más de 1.200 millones de estudiantes de todos los niveles de enseñanza, en todo el mundo, habían dejado de tener clases presenciales para dar paso a clases vía online. De ellos, más de 160 millones eran estudiantes de América Latina y el Caribe.

La pandemia también dejó en evidencia las desigualdades digitales. La brecha entre quienes tienen acceso a herramientas digitales y quienes no, se incrementó. Muchos docentes no pudieron cumplir sus objetivos profesionales, y miles de estudiantes no pudieron cumplir sus requerimientos académicos.

Un estudio de la Federación Venezolana de Maestros con el apoyo de la Universidad Central de Venezuela (UCV), reveló que el 94 % de los maestros en Venezuela, no cuentan con las herramientas y equipos que permitan ofrecer clases en línea.

“Muchos alumnos tampoco pudieron cumplir con sus actividades por no contar -ni siquiera- con un teléfono inteligente que le permitiera enviar las actividades vía WhatsApp”, comentó una docente que pidió el anonimato.

El Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP) realizó durante el año 2020 un estudio que determinó que el 62,2 % de los encuestados no contaba con un servicio con la suficiente capacidad para trabajar o estudiar a distancia. 

Sin embargo, y a pesar de este escenario, la relación entre la comunicación, las TIC y la educación se fortalece y cada día está más al alcance de todos.

La comunicación como herramienta para fortalecer la educación

Desde el surgimiento de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, se han registrado grandes cambios que han fortalecido la educación a través de la integración, el dinamismo y la interacción de todos los actores del proceso pedagógico.

La comunicación fortalece el proceso educativo, considera María Fernanda Rodríguez, periodista y profesora en la Universidad de Los Andes (ULA- Mérida); pues, a su juicio “la transmisión y adquisición de conocimientos se hace a través de la comunicación”.

Sin embargo, la académica de la ULA destaca que no toda comunicación puede considerarse educativa, “esto dependerá del mensaje que se transmita y de lo que se quiera lograr en el proceso de aprendizaje de los estudiantes (…) Toda comunicación es intencional, pero no toda intención es de educar”, destacó.

Con relación a este mismo tema, Gabriela Buada, periodista, profesora de la Universidad Santa Rosa de Caracas y directora de la organización civil Caleidoscopio Humano, aseguró que “si bien no toda comunicación es educativa, todas las prácticas educativas si se traducen en procesos de comunicación o deben estar planteadas para ser parte de los procesos de comunicación”.

Todos los medios tienen la responsabilidad de educar, pero en un contexto como el de Venezuela es muy difícil. Ese debería ser su rango de acción. No solo informar, también educar, refiere Buada.

Caleidoscopio Humano, organización de la que Gabriela Buada es directora, busca capacitar a periodistas y comunicadores sobre la correcta cobertura de temas sensibles a la sociedad y la defensa de derechos humanos a través de la comunicación. Para esto, Buada destaca como criterios principales la capacitación a lo interno, la consulta de fuentes y datos, así como el seguimiento que se hace a través del periodismo de investigación.

“Los medios también deber distinguir y estar conscientes de la incidencia que tiene en la ciudadanía una información y de cómo se puede incluir o vincular todo el tema de formación y convivencia ciudadana lo que se está publicando”. 

Hegemonía comunicacional en Venezuela y cómo influye en el proceso educativo

En Venezuela, a través de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), se limita el acceso a canales nacionales e internacional, esto incluye medios de comunicación culturales; ejemplo de ello fue el cierre del canal de televisión ULA TV en Mérida hace casi cinco años. El medio de comunicación fue sacado del aire por orden de este organismo gubernamental.

Este canal cultural y educativo, formaba parte de los medios de comunicación que, además de informar a la colectividad merideña, también transmitía programación científica que contribuía al desarrollo académico de niños, niñas, adolescentes y jóvenes universitarios.

No solo ha sido ULA TV; cientos de medios de comunicación impresos, radiales, digitales y televisivos han sido cerrados o censurados en los últimos años, lo que dificulta el derecho a la información de los ciudadanos y el uso de canales para la cultura y el aprendizaje.

Sumado a esto, Venezuela registra una de las conexiones a internet más lentas del mundo (lugar 176 de 177) con 3,67 Mbps según un estudio de le Speedtest Global Index y que, además, es manejado casi en su totalidad por el Estado a través de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (CANTV).

En velocidad de internet, Venezuela solo es superada por Turkmenistán, un pequeño país en el centro de Asia considerado como “una nación aislada y represora”.

El cierre de medios y la poca conectividad ha llevado a que en Venezuela se implemente una hegemonía comunicacional, manejada desde el aparato estatal para que las personas solo reciban la información, cultura y educación que el gobierno decida.

Ante este escenario, María Fernanda Rodríguez afirma que depende de los medios informar o deformar lo que se quiere transmitir. “Algunos educan, pero otros, más que deformar, manipulan o tergiversan la realidad porque responden a intereses que contradicen la ética periodística”.

Para Gabriela Buada, los medios de comunicación en Venezuela han sufrido una transformación producto de la Emergencia Humanitaria Compleja, la crisis de derechos humanos y la hegemonía comunicacional que se traduce en lo que son los medios de comunicación ahora.

A esto se suma que los pensum universitarios no están actualizados ni cuentan con un enfoque de DDHH, tampoco prestan mucha atención a temas tan importantes como la ética o la propiedad intelectual, valores que, en medio de la crisis generalizada, se han deformado en los últimos años.

“Más allá de si los medios educan o deforman, debemos entender la temática de los medios de comunicación y el planteamiento de cómo les ha tocado sortear y sobrevivir en medio de la crisis. La comunicación y la educación son de los sectores más afectados en Venezuela”, aseguró Buada.

Informar y educar, el reto de los medios de comunicación

La importancia de los medios de comunicación en el proceso educativo cada vez es mayor.

Los medios de comunicación tienen la responsabilidad no solo de informar, también de educar. En esto coinciden las fuentes consultadas para este reportaje.

Los comunicadores y medios de comunicación son agentes de cambio que influyen de manera directa en la sociedad. Esto conlleva la responsabilidad de informar con ética y compromiso social.

María Fernanda Rodríguez considera que esta responsabilidad que recae sobre los actores de la comunicación se puede cubrir a través de “la realización de trabajos de largo aliento, como reportajes o análisis. También creando programas que, aunque no sean periodismo informativo, sean educativos”.

La sociedad está demandando cada vez más información. El uso de herramientas tecnológicas y programas digitales, además de la facilidad para tener al alcance de la mano diversos equipos electrónicos obliga a ser responsables con la información y la forma en cómo se transmite dicha información.

“Debemos ser cuidadosos con el lenguaje que utilizamos para informar. Educamos con lo que decimos y como lo decimos. Para esto se requiere de capacitación constante sobre los diversos temas, principalmente de aquellos que son sensibles para la colectividad”.

Comunicación, educación y conciencia

Armando Altuve es periodista graduado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), se especializa en temas de salud. Su objetivo, además de informar, es crear conciencia a través de reportajes informativos con los que ha sido galardonado a nivel nacional e internacional.

“Los medios de comunicación son una ventana para conocer el sistema de creencias, dinámicas sociales y culturales que existen en el mundo. Son, por excelencia, una referencia para adentrarnos a una multiplicidad de conocimientos que forman nuestra visión propia del mundo”, enfatiza Altuve quien, asegura que, a través de los medios se llega a públicos con diferentes maneras de pensar, lo que hace de los medios de comunicación el espacio idóneo para la construcción de una sociedad más sana y justa, que apunte al bien común y en la que exista más igualdad.

“El auge de las redes sociales, como parte de esa gama de medios, ha hecho que este reto sea más desafiante, pero creo que es necesario trabajar en crear terreno, conocer los verdaderos problemas de la gente y sus necesidades para que los mensajes difundidos apunten a que las audiencias entiendan que son agentes de cambio social y que el trabajo que ellos emprendan desde sus trincheras también consolidará un mundo mejor y más consciente”, finalizó.

Los medios de comunicación como herramienta para la vida

Valores que vayan en beneficio de una mayor calidad de vida deben ser promovidos por todos los medios tradicionales y no tradicionales. La labor del comunicador debe estar dirigida hacia la comunidad, creando consciencia y valores que vayan desde la defensa al medio ambiente, pasando por el derecho de los animales hasta llegar a los derechos humanos.

Al consultar a Gabriela Buada el cómo «vender» a los ciudadanos valores como la solidaridad, el compromiso ecológico, la participación ciudadana, la cultura de paz, la cultura de la vida y otros aspectos que contribuyan a la construcción de una mejor sociedad, fue enfática al rechazar el término “vender”, asegurando que “desde la perspectiva de venta, no estaríamos entendiendo el verdadero mensaje. Debemos humanizarlo para poder mostrarle a las personas el valor y el compromiso de tener una ciudadanía realmente con todas estas características: solidarios, con compromiso ecológico, participación ciudadana, cultura de paz, cultura de la vida, y además de eso, que estos valores formen parte de su cotidianidad”.

Agregó que estas ideas deben ser presentadas como parte de lo que se vive día a día a través de ejemplos concretos o incluso, experiencias exitosas de otros países; “estos son temas tan difíciles como necesarios que debemos buscar la forma para que sean visibilizados y presentados, introduciéndolos en la opinión pública en general a través de todos los medios existentes (…) es una labor titánica, pero que, con voluntad, capacitación, empatía y mucha calidad humana, lo podemos lograr”.

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