Durante los dos primeros meses del 2022 se registró un aumento en los casos de desnutrición infantil en el país
Yennifer Calvo/Caleidoscopio Humano
(19-04-2022) En Venezuela, los niños y las niñas no escapan de la Emergencia Humanitaria Compleja. A diario son víctimas de la crisis que se vive en el país.
De acuerdo con estadísticas recogidas por Cáritas de Venezuela, durante los dos primeros meses del año, se registró un aumento de los casos de desnutrición severa en la población infantil, ubicándose por encima del 13 % de los niños abordados.
Mientras que, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) registró 1.179 casos de desnutrición severa en niños menores de cinco años en todo el país.
Los estados Bolívar y Miranda concentran el 45 % de los casos, según datos publicados en el sitio web de la Red por los Derechos Humanos de los niños, niñas y adolescentes (REDHNNA).
Asimismo, el tamizaje realizado por las organizaciones que integran el clúster (grupo) de nutrición arrojó que, en algunas comunidades de Barinas, Delta Amacuro y Táchira hay 10 % de desnutrición, incluyendo casos complicados de desnutrición aguda severa que requirieron atención intrahospitalaria.
Por su parte, otros 891 niños y niñas mayores de cinco años y adolescentes fueron diagnosticados con delgadez y recibieron acompañamiento nutricional para recuperar su peso adecuado. Además, identificaron a 460 embarazadas con bajo peso gestacional, quienes también recibieron tratamiento, según datos de OCHA citados por la REDHNNA.
El Estado no garantiza el derecho a la alimentación
Los altos costos de los alimentos y medicinas, a causa de la Emergencia Humanitaria Compleja y la inacción del Estado en la creación de políticas públicas que garanticen el derecho a la alimentación de los niños y niñas, son las principales causas de los casos de desnutrición en la población infantil.
Para la agencia de Naciones Unidas, la ausencia de datos sobre el estado nutricional de la población dificulta el análisis de prioridades geográficas, al igual que el direccionamiento de la asistencia humanitaria, mientras que los elevados precios inciden en la respuesta de las organizaciones.
“El alto costo de los medicamentos e insumos nutricionales reduce la capacidad de respuesta de las organizaciones en el terreno, lo que limita el alcance del manejo comunitario de los casos de desnutrición aguda, algunos de los cuales terminan derivándose en la red pública de salud para su manejo y tratamiento”, indica la OCHA, citado por la REDHNNA en su sitio web.
La malnutrición en todas sus formas incide en el desarrollo humano, afectando el progreso social y económico de los países.
Es importante recordar que el derecho a la alimentación está reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, como parte del derecho a un nivel de vida adecuado, y está consagrado en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966. Asimismo, lo amparan tratados regionales y constituciones nacionales.