Hugo Chávez, en el año 2012, aprobó recursos que nunca fueron ejecutados. Doce años después, Cumanacoa vuelve a estar bajo las aguas del río Manzanares
Emmanuel Rivas/Caleidoscopio Humano
(12-07-2024) En el año 2012, la tormenta tropical Isaac dejó daños considerables en Cumanacoa, estado Sucre. Dos muertos, 400 familias afectadas y 35 damnificadas por el desbordamiento del río Manzanares.
El mismo río que se desbordó el pasado martes 2 de julio, y que causó la muerte de 6 personas, además de la afectación de negocios, viviendas y vías de comunicación.
Ese año, el presidente Hugo Chávez visitó la zona afectada, acompañado de Diosdado Cabello y del entonces ministro del Interior y Justicia, Tareck El Aissami, hoy detenido por hechos de corrupción.
Desde el lugar de la tragedia, Hugo Chávez prometió la construcción de viviendas lejos del río Manzanares; además, un fondo millonario para reparar los daños causados, la construcción de un muro de contención y de un acueducto.
Para estas obras, Chávez aprobó 26 millones de bolívares (4,9 millones de dólares) destinados a la construcción de viviendas, 45 millones (8.5 millones de $) más para la construcción de urbanismos con edificios, 30 millones (5,6 millones de $) para rehabilitar viviendas afectadas, entre otros fondos.
Después de 12 años, estas obras no fueron construidas, el río Manzanares se volvió a desbordar y las familias cumanacuenses siguen sin respuesta.
De acuerdo con Lockiby Belmontes, autoridad única de Cumanacoa designada por Nicolás Maduro, los efectos causados por los coletazos del huracán Beryl, ocasionaron la muerte de 6 personas, afectó a cerca de 29 mil personas más y el número de viviendas afectadas en su totalidad se ubicó en 360 y con daños parciales en 7960.
Además, Nicolás Maduro informó que el desbordamiento del caudal, destruyó una escuela en el sector La Fragua.
¿Cuál ha sido la respuesta del gobierno frente a esta nueva tragedia?
La visita de Nicolás Maduro a Cumanacoa estuvo empañada por la respuesta de desesperación de los habitantes del sector, quienes increparon al mandatario por la poca respuesta a la tragedia.
“Ocho días y los ministros no están haciendo nada”, le gritó una mujer a Maduro cuando este intentaba dirigirse a las personas del lugar.
“Cumanacoa y el municipio Montes van a renacer. Vamos a limpiar todo, a recuperar, a reconstruir. Casa por casa hay que recuperar. Esto tiene que ser un modelo especial de recuperación. De esta vamos a salir bien y rápido”, dijo el mandatario; sin embargo, no precisó el tiempo en el que el gobierno espera hacer la recuperación de Cumanacoa y demás zonas afectadas.
Nicolás Maduro también informó que había aprobado un fondo especial de financiamiento, por un millón de dólares, para ayudar a comerciantes y emprendedores afectados por el huracán Beryl.
De acuerdo con Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela, este fondo estará destinado a ayudar a los sectores de producción, servicios y comercios afectados.
El gobernador de Sucre, Gilberto Pinto, también fue abordado por los habitantes, quienes reclamaron por la poca atención que han recibido desde el 2 de julio cuando ocurrió el desbordamiento del río Manzanares.
¿Qué hubiese pasado si los recursos aprobados por Hugo Chávez en el año 2012, se hubieran ejecutado?
Sí bien el Estado no es responsable de las lluvias ni de los efectos que generan fenómenos ambientales -como el huracán Beryl-, sí es responsable de las políticas públicas que permitan prevenir daños tan devastadores como el de Cumanacoa.
También es responsable de que no existan planes de prevención, de contingencia y, más aún, es responsable de no haber ejecutado el presupuesto que, en su momento, fue aprobado para minimizar los riesgos futuros que se pudiesen presentar en la zona.
La tragedia de Cumanacoa se pudo evitar con los muros de contención que no se construyeron, con las viviendas alejadas del caudal del Manzanares, con la canalización oportuna del río y sus afluentes.
Lamentablemente, Cumanacoa no solo es víctima de la naturaleza, también lo es de un Estado que no tiene ningún plan de respuesta y que, además, no ejecutó las obras y acciones que permitieran que los miles de familias cumanacuenses, hoy pudiesen dormir en sus casas y con tranquilidad.