15 julio 2021
Prodavinci consultó a siete especialistas en libertad de expresión y comunicaciones sobre los desafíos que enfrentan los periódicos de Venezuela y de América Latina. Los expertos mencionan como algunos de los retos más importantes las intervenciones regulatorias, las amenazas al trabajo de los periodistas, la transformación digital de la industria, la debilidad de modelos de negocios sostenibles y los cambios en la economía de la atención en las audiencias. Les preocupa el desbalance entre el periodismo de excelencia y los contenidos sin verificación y con poco rigor que circulan en la red.
Marisabel Rodríguez – Socióloga
Coordinadora del Observatorio de Libertad de Expresión de Espacio Público
Libertad editorial
Los principales riesgos derivan de una crisis que afecta al ecosistema de medios en el país, estos se pueden sintetizar en: la sostenibilidad financiera y las restricciones a la libertad editorial de corte crítico o independiente del gobierno nacional. La industria empezó a ser afectada de manera estructural a partir del año 2012 cuando el gobierno eliminó el papel prensa como insumo prioritario de importación, lo que sumado al rígido sistema de control cambiario, encareció el costo final del producto y aumentó las dificultades burocráticas. Más tarde, en una lógica de premio—castigo, estos filtros estatales sirvieron para condicionar el acceso de acuerdo a líneas editoriales. Esto llevó a la industria a un mínimo histórico, del total medios cerrados registrados en los últimos 17 años.
A estas restricciones derivadas de decisiones de Estado, se sumaron las complicaciones de la crisis económica creciente. Esto dificultó la adquisición de todo tipo de equipos e insumos necesarios para la producción de los impresos, así como la capacidad para mantener salarios. Todos estos factores definen el escenario actual y son amenazas concretas que derivaron en el cese de buena parte de los medios impresos independientes.
Uno de los desafíos frente a este problema es subirle el costo al Estado por estas restricciones. Comprender las causas y las implicaciones de la crisis para la cotidianidad y el ejercicio de derechos de las personas; libertad de expresión y opinión, acceso a la información, participación ciudadana. Entre los medios de comunicación se pueden promover proyectos colaborativos que incluyan a los impresos existentes, para ampliar el alcance de los trabajos, y que además ofrezca una fuente de ingresos.
Andrés Cañizalez
Periodista
Director de Medianálisis
Nuevas capacidades para el entorno digital
Los medios impresos en Venezuela tienen un desafío mayúsculo, no se trata solamente de lo que viene ocurriendo globalmente de la metamorfosis, de la transición al mundo digital, que es la tendencia en general. En el caso de Venezuela, se vivió un proceso muy abrupto y violento de la desaparición de las versiones impresas de los periódicos. Una clave importante es que los medios venezolanos no estaban preparados para este cambio tan abrupto. Probablemente, siempre se sostuvo la idea —es la percepción de cuando hablé con distintos editores— de que esto iba a ser algo transitorio, que el gobierno iba a rectificar, que había mucho peso de la presión internacional y que por tanto iban a acceder de nuevo al papel. Ahí puede estar la clave, de cómo muchos medios desaparecieron. Pocos medios impresos en Venezuela se prepararon para el salto al vacío, que al final de cuentas, era el ajuste y repensarse en un país donde el entorno digital está fracturado, donde no hay unas condiciones tecnológicas óptimas, y por lo tanto lo que hacían antes se encuentran con grandes dificultades para llevarse adelante en el nuevo contexto.
Algo que me quedó muy claro de la consulta con los editores es que muchos de estos medios no supieron calibrar cómo transformar su propia audiencia. Creo que ahí todavía queda algo por hacer que es la educación de las audiencias, por parte de los medios, para mantener la fidelidad de los lectores, aún cuando no hay un periódico impreso. Probablemente, lo que debe empezar a ocurrir es los medios deben repensar su marca informativa y su conexión con las audiencias, y cómo ese público puede también formarse con un criterio más crítico, no solo frente a los obstáculos de censura sino también del clima de desinformación en el que estamos. Creo que ahí podría haber un trabajo interesante: darle respuesta a la gente frente a la desinformación y las mentiras que circulan.
Marcelino Bisbal
Teórico de la comunicación
Director de la editorial de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), y de la revista Comunicación
Pluralismo y diversidad de opiniones
No solo es importante que subsistan los periódicos, es importante que subsistan todos los medios de comunicación social en el país y en el planeta. En un país democrático el pluralismo y la diversidad de opiniones y de creencias ideológicas son fundamentales para la existencia de un sistema democrático y para su buen funcionamiento. Y la única manera de que esa idea, principista si se quiere, sea una realidad, es que existan medios de comunicación y periódicos que practiquen la libertad de comunicación. Ese es el deber ser. Sin embargo, en el contexto venezolano los medios impresos han ido desapareciendo poco a poco, han ido menguando, por razones políticas impuestas por el gobierno: o bien por ser impresos críticos al poder oficial, pero también porque la razón ideológica del gobierno es que haya una voz única. Otra amenaza han sido las leyes restrictivas que limitan en grados importantes la libertad de expresión o hacen casi imposible el ejercicio de informar.
El actual proyecto político le ha dado mucha importancia al tema de los medios, porque son los medios y sus profesionales de la comunicación los que transparentan, unas veces mejor que otras, las deficiencias y la calidad de la gestión en el cumplimiento de sus atribuciones públicas. La naturaleza y la función de los periódicos y de los medios en general, como representantes de eso que se ha dado en llamar el cuarto poder, es la de controlar e influir en la vida política y la en la vida en sociedad creando opinión a veces crítica, interesada e inclusive manipulada.
Moraima Guanipa
Periodista
Jefa del departamento de periodismo de la Universidad Central de Venezuela
Cobertura hiperlocal
Es muy cuesta arriba resolver la crisis de los medios impresos en el país, debido a las exigencias del entorno digital como fuentes de información. Una de las primeras acciones concretas para salvar el ecosistema de medios impresos es eliminar el monopolio estatal sobre la importación y la compra de papel e insumos para la producción de medios impresos, y garantizar la libre y directa importación de sus propios insumos para su cadena de producción. Es necesario favorecer un clima de inversión en el entorno mediático que permita aportar recursos y procurar el financiamiento para el surgimiento o relanzamiento de nuevos y viejos medios impresos. Dentro de los medios impresos que han migrado al entorno digital hay que promover las relaciones de confianza y pactos de credibilidad a partir de esfuerzos con información verificada y la construcción de agendas propias que estén en sintonía con las necesidades de la gente. Es urgente combatir la criminalización de la labor periodística y frenar la impunidad sobre las agresiones que buscan lesionando la labor informativa, especialmente de la prensa escrita, y generan un clima de censura y autocensura que es preocupante.
Los periódicos deben volverse hiperlocales en sus coberturas. Esa agenda propia debería estar concentrada en aportar información que, incluso los otros medios —incluyendo los digitales— no van a poder ofrecer. Esto le aportaría a la gente información relevante sobre lo que ocurre en sus propias comunidades y regiones.
Oscar Murillo
Periodista
Director de la escuela de Comunicación Social la UCAB Guayana
Fondos financieros para el periodismo independiente
Hay que hacer cambios en las organizaciones periodísticas. Es necesario incorporar a los equipos personas que se encarguen de gestionar proyectos y buscar los fondos financieros que permitan la sostenibilidad de los medios. Es importante abrirle espacio a las nuevas generaciones de periodistas que se están formando, y entender que en el medio de comunicación no solo tiene que estar el que escribe, sino también en el se encarga del mercadeo digital, la producción de contenidos multimedia, la conexión con las audiencias. Debe darse una serie de cambios organizacionales que si no se producen en las empresas de medios, pueden estar en riesgo de desaparecer.
Es fundamental procurar buscar fondos internacionales de apoyo al periodismo y también generar alternativas nacionales de financiamiento de medios, que preserven la libertad periodística y los criterios editoriales sólidos.
Otro factor fundamental es establecer puentes entre la academia y los medios, que ayuden a fortalecer el oficio y la educación en materia periodística, con criterios profesionales.
Pedro Vaca
Abogado, especialista constitucional
Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humano
Aprovechar las alternativas de la economía digital
En América Latina, la prensa en general no solo tiene dificultades de orden económico para hacer su labor independiente, sino que se enfrenta a la voz oficial que tiene mucho interés en ser la única escuchada. De ese lado, hay muchos más recursos para transmitir el mensaje.
Otra capa de dificultad de los medios impresos de la región son las exigencias de la economía digital, que está basada en la atención de las personas. Es prioritario que los recursos en internet puedan ser proporcionalmente asignados a esfuerzos para producir información relevante. Un riesgo es que internet puede estar premiando un contenido que no tiene un método periodístico detrás, que no implica los mismos costos de reportería y desplazamiento, asociados al periodismo de calidad al que aspiramos en las democracias. Este sistema de funcionamiento de internet puede estar castigando los contenidos de calidad. Uno de los desafíos nos lleva a pensar que las sociedades tienen que reflexionar sobre el valor del periodismo en la deliberación pública. El periodismo siempre entra como antídoto a los problemas como los que genera la desinformación, los contenidos malintencionados, manipulados, las burbujas de ocio. Pero, para ello, el periodismo necesita de recursos para garantizar la calidad.
También, hay resistencia de parte de las audiencias que no se explican cómo pueden acceder a contenidos gratuitos y por qué razón tienen que pagar por un contenido más profundo, más elaborado y basado en el método periodístico. Ese es un campo que, de cierta manera, refleja un déficit en la cultura democrática. En Estados con democracias fuertes, hay un alto interés de las audiencias por apoyar la suscripción a los medios de comunicación y le otorgan un valor a la información periodística. Creo que en nuestros países de América Latina, ocurre todo lo contrario: la polarización ha generado un cuestionamiento muy agudo y afilado que erosiona la credibilidad de los medios. En estos contextos, es difícil que las audiencias aporten a la sostenibilidad de los medios, se suscriban cuando el punto de partida es que gran parte de la población no cree en los medios de comunicación. Entonces, es ahí cuando entramos en un círculo vicioso: todo el mundo está de acuerdo que se necesita periodismo de calidad, pero para que las audiencias se animen a contribuir con los medios de comunicación, se requiere de periodismo creíble.
Entre las alternativas de solución podemos considerar que el Estado podría generar excepciones tributarias, entendiendo que es bien distinto producir lapiceros a producir información. Esto particularmente se ha dado en Europa y es una discusión global que se ha acelerado a propósito de la pandemia.
Algo que ha sido muy difícil en la región ha sido la adaptación o la implementación de la transición a lo digital. Un factor de realidad es que la mayoría de nuestros países tienen medios grandes que tienen unidades que les ayuden a comprender mejor su presencia en lo digital y cómo aprovechar las alternativas de la economía digital, pero la gran mayoría de medios locales no cuentan con ese despliegue. Por eso creo que esa transición digital no solo hay que verla en lo aspiracional, sino desde las posibilidades reales que se pueda adaptar este contexto digital. Esto se vuelve más complicado en aquellos lugares donde ni siquiera hay acceso a internet, o donde internet no tiene la penetración o la relevancia que tiene en las grandes capitales.
Catalina Botero
Abogada, especialista en derechos humanos
Cofundadora de del Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad (DeJusticia), de Colombia
Periodismo basado en evidencias
Los desafíos de los periódicos en América Latina, en general, están relacionados a las limitaciones para hacer algunas coberturas, porque los amenazan, agreden o asesinan a los periodistas. Por otro lado, hay una crisis en el modelo de negocios, porque la pauta publicitaria se está dedicando a las grandes plataformas de internet y eso afecta seriamente al periodismo profesional. Hay un problema serio de relación de los Estados con los medios, porque muchos gobernantes que no están dispuestos a ser criticados, y utilizan todo el poder que tienen desde sus cargos para estigmatizar a los periodistas críticos.
La tarea del periodismo profesional es informar adecuadamente, es recibir la información del Estado y confrontarla, buscar otras fuentes, recibir información de la sociedad y tratar de ofrecer versiones plurales, basadas en la reportería y sustentadas en evidencias. Pero si eso no existe, y la opinión es única, y hay un pensamiento único, las audiencias no pueden estar bien informadas y no pueden decidir adecuadamente sus preferencias políticas.
La principal alternativa de solución es hacer periodismo serio, riguroso. La reportería no debe estar sesgada, para intentar confrontar los hechos. Es fundamental que el periodismo se distinga de las opiniones de las redes sociales, de los panfletos, y de los medios que están capturados por los Estados o por otros grupos, que el periodismo independiente, pueda realmente confrontar, y me parece que esa es su puerta de salida. Y por supuesto, lograr la manera de obtener los recursos para sostener el buen periodismo, que es muy difícil.