Crisis del periodismo independiente tras la retirada de fondos de la USAID

La financiación de EEUU se retira justo cuando aumentan los ataques a la libertad de prensa


Fuente original: Periodistases. – La decisión del gobierno de Estados Unidos presidido por Donald Trump de retirar parte de la financiación que destinaba a medios independientes en América Latina a través de la USAID ha provocado un duro golpe a decenas de organizaciones periodísticas que trabajan en contextos de alta conflictividad, corrupción e inseguridad.

Según revela una investigación de IJNet, medios comunitarios, digitales y sin ánimo de lucro están viendo desaparecer su principal fuente de sostenibilidad económica en países como El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Colombia o Venezuela.

La USAID deja a medios locales en situación crítica

Durante años, los fondos canalizados por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) han sido cruciales para el sostenimiento de medios locales que hacen un periodismo de investigación, independiente y comprometido con los derechos humanos. Este apoyo permitía, entre otras cosas, pagar salarios dignos, sostener estructuras editoriales, formar a periodistas jóvenes y fortalecer alianzas transnacionales.

Sin embargo, tras el cambio de gobierno en Washington, el modelo de financiación ha cambiado drásticamente. La ayuda directa ha sido sustituida por subvenciones canalizadas a través de grandes contratistas o agencias multilaterales, lo que dificulta el acceso a los fondos para medios pequeños o independientes.

Según IJNet, esto ha derivado en la paralización de proyectos, despidos masivos y, en algunos casos, el cierre de medios.

El Salvador, Guatemala y Nicaragua: medios independientes al borde del colapso

En El Salvador, el medio El Faro, reconocido internacionalmente por sus investigaciones sobre corrupción y violencia, decidió trasladar su sede legal a Costa Rica en 2023 tras una intensa persecución del gobierno de Nayib Bukele.

La retirada de fondos internacionales ha coincidido con un incremento de la presión estatal. «No estamos hablando solo de sostenibilidad económica, sino de supervivencia frente a gobiernos autoritarios», ha denunciado el director de El FaroCarlos Dada.

En Guatemala, medios como Prensa Comunitaria han visto recortados sus presupuestos en un setenta por ciento. En Nicaragua, donde más de cien periodistas han tenido que exiliarse, la prensa libre opera prácticamente en la clandestinidad.

Venezuela y Colombia: reducción de proyectos y amenazas crecientes

Venezuela es otro de los países donde la prensa independiente se ha debilitado tras el repliegue de la financiación estadounidense. «Los medios que aún resistimos lo hacemos a pulmón, con redes de apoyo internacional cada vez más débiles», explicó a IJNet la periodista Luz Mely Reyes, cofundadora del portal Efecto Cocuyo.

En Colombia, organizaciones como La Liga Contra el Silencio o Cuestión Pública han reducido su capacidad de producción y denuncia. Esto sucede en un momento en que las amenazas contra periodistas aumentan, especialmente en regiones controladas por grupos armados.

México y Centroamérica: alta violencia, baja protección

México continúa siendo uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo. Solo en 2024, al menos ocho periodistas fueron asesinados, según datos de Reporteros Sin Fronteras.

La pérdida de apoyos económicos internacionales merma la capacidad de reacción de medios comunitarios en estados como Guerrero, Veracruz o Tamaulipas. «La ayuda internacional no solo financiaba contenidos, también pagaba por la seguridad de los reporteros», señala la investigadora Sandra Romandía.

En Honduras y Guatemala, el debilitamiento de los medios ha coincidido con procesos de regresión democrática. Según la Unesco, el retroceso de la libertad de prensa es una amenaza directa para el derecho a la información, los derechos humanos y el control ciudadano.

Palestina: un contexto que alerta sobre el silencio informativo global

La retirada de fondos también coincide con una creciente preocupación internacional por el deterioro global de la libertad de prensa. En Palestina, más de cien periodistas han sido asesinados desde octubre de 2023 durante la ofensiva israelí en Gaza. Reporteros Sin Fronteras denuncia que se trata del «mayor número de periodistas asesinados en tan poco tiempo desde la Segunda Guerra Mundial».

Estos ataques, aunque ajenos a la situación en América Latina, refuerzan una idea clave: cuando el periodismo independiente no cuenta con recursos ni protección, la sociedad pierde su capacidad de comprender, denunciar y transformar la realidad.

Llamamiento a la cooperación internacional

Organizaciones como la Fundación Gabo, el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP) y Latam Journalism Review han hecho un llamamiento para que gobiernos, fundaciones y organismos multilaterales retomen y refuercen su apoyo al periodismo en la región.

«No se trata de caridad ni de filantropía. Se trata de fortalecer el derecho de las sociedades a estar informadas», subraya Rosental Calmon Alves, director del Knight Center de la Universidad de Texas.

En un contexto de desinformación, populismos y violencia, abandonar a los medios independientes latinoamericanos supone, en palabras de IJNet, «ceder terreno a la impunidad y al silencio».

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