Niños en Cúcuta

Crece número de estudiantes venezolanos en escuelas de Cúcuta

Más de 2000 alumnos cursan estudios en 11 instituciones de Cúcuta. En el estado Táchira un docente tipo 4 recibe un salario mensual de 22 dólares, lo que aumenta la deserción en las aulas 

Crónica Uno

(31-10-2024) Las instituciones educativas del departamento de Norte de Santander, Colombia, son las que escogen padres y representantes que residen en los municipios fronterizos, Bolívar y Pedro María Ureña, debido a su calidad educativa.

La decadencia en las infraestructuras de los planteles y el déficit de personal en Táchira obliga a buscar alternativas para la educación, sin importar que deban cruzar hacia Colombia. Incluso dejan de lado el contenido que se imparte en Venezuela, que va desde los símbolos patrios hasta el himno nacional y regional.

Esta es la razón que alega Anyeli Rangel para inscribir a sus dos hijos en una institución en Villa del Rosario. Contó que el año pasado, los niños, que cursan cuarto y sexto grado, solo acudían dos y tres días a la semana en un plantel de San Antonio.

Aseguró que era más el tiempo que estaban en casa que en la escuela. Las tareas dirigidas no ayudaron, puesto que para esta madre era importante que fueran todos los días a la institución, pero esto no se cumplía.

Por sugerencia de una vecina optó por trasladarse al otro lado de la frontera, al plantel más cercano. Tras varias entrevistas y exponer su caso, le dieron el cupo para ambos y en menos de 20 días culminarán el año escolar.

“Mis hijos están aprendiendo todo lo de Colombia y no de Venezuela. No se saben el himno venezolano ni completo el de nuestro estado, pero prefiero eso a que pierdan clase y no aprendan nada. No fue una decisión fácil, pero fue la mejor”, aseveró.

Como Anyeli muchas madres están detrás de un cupo en alguna institución de Norte de Santander, para el próximo calendario que comienza en febrero. La demanda de cupos para niños venezolanos se ha incrementado en los planteles de al menos 10 municipios de la región fronteriza.

Se suman más niños

El secretario de Educación de Cúcuta, Carlos García Alicastro, indicó que el Gobierno colombiano trabaja en el  fortalecimiento de los lazos comunitarios y promueve la equidad en el acceso a la educación. 

Señaló que más de 2120  estudiantes venezolanos se encuentran inscritos en estos 11 colegios: Misael Pastrana, Carlos Pérez Escalante, Club de Leones, Mercedes Ábrego, Inem, María Concepción Loperena, Simón Bolívar, Normal Superior, Nacional de Comercio, San Francisco de Sales y Sagrado Corazón. Allí cursan estudios de forma gratuita.

Para garantizar que asistan a diario, se disponen de 18 buses que los recogen a las 6:00 de la mañana, en el puente Francisco de Paula Santander, en el municipio Pedro María Ureña. Este servicio no tiene costo alguno.

“Es fundamental mantener y dar continuidad a este programa, que no solo es una política pública del Gobierno Nacional, sino también del orden municipal”, afirmó.

El propósito es garantizar su derecho a la educación, con un servicio que cumple con todas las normativas técnicas, indicó el funcionario de Cúcuta.

“En la hora de salida, los buses esperan a los estudiantes y los llevan de vuelta al puente internacional, donde sus padres los reciben”, añadió García Alicastro.

La labor de los monitores, que algunos son padres de los estudiantes, también ha sido clave para el éxito del programa en Cúcuta.

“Conocen la operación y, durante muchos años, han vivido este proceso, ayudando a que la atención y el servicio se preste de manera adecuada”, comentó el funcionario, y resaltó el papel crucial que juegan en la logística del transporte escolar.

Deserción

El coordinador de la coalición sindical de educadores del estado Táchira, William Fernández, destacó que la deserción de maestros supera el 80 % en la región, debido a las condiciones que el Estado brinda a los educadores.

Al estar geográficamente en la frontera, los docentes optan por buscar empleo en el vecino país, lo que incrementa la deserción en las aulas.

En la actualidad un docente tipo 4 gana aproximadamente 22 dólares al mes, lo que obliga a muchos a retirarse de sus labores pedagógicas para buscar alternativas que les permitan alimentar a sus familias.

“Algunos hacen tortas, otros son mototaxistas, otros hacen rifas para sobrevivir en el Táchira”, agregó.

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