El aislamiento y la falta de apoyo pone en riesgo a los jóvenes
Estudiantes lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) de Corea del Sur sufren aislamiento y maltrato en las escuelas, señalan Human Rights Watch y la Clínica Internacional de Derechos Humanos Allard K. Lowenstein de la Facultad de Derecho de Yale en un informe publicado hoy.
El informe de 66 páginas “‘I Thought of Myself as Defective’: Neglecting the Rights of LGBT Youth in South Korean Schools” (“‘Me consideraba anormal’: La desatención de los derechos de estudiantes LGBT en las escuelas de Corea del Sur”) concluye que la intimidación y el acoso, la falta de apoyo confidencial en materia de salud mental, la exclusión de los programas escolares y la discriminación por la identidad de género son preocupaciones especialmente acuciantes para los estudiantes LGBT. El gobierno surcoreano debe aplicar protecciones contra la discriminación y garantizar que la juventud LGBT disponga de recursos de apoyo para salvaguardar su salud y su educación.
“En Corea del Sur, los estudiantes LGBT se enfrentan a menudo al acoso y la discriminación en las aulas, tanto por parte de los adultos como de otros estudiantes”, dijo Ryan Thoreson, investigador de derechos LGBT en Human Rights Watch. “Sin protecciones claras, muchos estudiantes sufren en silencio a costa de su educación y bienestar”.
Human Rights Watch y la Clínica Lowenstein entrevistaron a 26 estudiantes actuales y antiguos, y a 41 profesores, padres, proveedores de servicios y defensores, principalmente en Seúl, en Cheongju, provincia de Chungcheong del Norte, y en Cheonan, provincia de Chungcheong del Sur. Muchos de los estudiantes dijeron que se sintieron solos cuando se dieron cuenta de que eran lesbianas, gays, bisexuales o transexuales, y que no sabían a dónde podían dirigirse para obtener información y apoyo cuando tenían preguntas o sufrían abusos en la escuela.
Aunque algunos municipios han promulgado ordenanzas sobre los derechos de los estudiantes que prohíben la discriminación basada en la orientación sexual o la identidad de género, el gobierno nacional aún no ha promulgado una ley integral contra la discriminación que proteja a las personas en los entornos educativos y de otro tipo, incluido el laboral. La Comisión Nacional de Derechos Humanos de Corea puede recibir denuncias de discriminación contra personas LGBT, pero carece de una autoridad sólida para hacer cumplir la ley que garantice que las personas que sufren discriminación obtengan reparación.
Los jóvenes que HRW y la Clínica Lowenstein entrevistaron para el informe describieron haber sido excluidos y condenados al ostracismo, haber sido blanco de ataques en línea o haber sufrido acoso físico o sexual. Una mujer lesbiana de 22 años recordó que, una vez que su orientación sexual fue revelada en su instituto, fue señalada para ser acosada y “los estudiantes mayores me criticaron diciendo: ‘Eres homosexual, eres sucia’”.
Una chica de 17 años recordó que un compañero [cf1] de clase dijo que los homosexuales deberían morir.
Los estudiantes transgénero también han luchado contra las restricciones de género en las escuelas. Muchas escuelas surcoreanas dividen al alumnado por género o tienen códigos de vestimenta o instalaciones según el género, y no permiten que los alumnos asistan a una escuela de acuerdo con su identidad de género. Esto puede suponer una dificultad especial para el grupo transgénero, que puede experimentar incomodidad o angustia persistente, hasta el punto de socavar su capacidad para recibir una educación.
Los abusos a los que se enfrentan los jóvenes LGBT en las escuelas se ven exacerbados por la falta de recursos de apoyo. Los departamentos de orientación escolar carecen de personal con la formación necesaria para garantizar que son competentes para trabajar con jóvenes LGBT. Los/las estudiantes dicen que no se sienten cómodos confiando en los profesores o consejeros por miedo a que rompan la confidencialidad, o a que les critiquen por su orientación sexual o identidad de género.
Los programas que existen para proteger los derechos y el bienestar de los estudiantes suelen desatender las necesidades de los estudiantes LGBT. Aunque Corea del Sur ha creado centros de asesoramiento y una línea telefónica de ayuda a la salud mental para jóvenes, la mayoría que ha recurrido a esos servicios dijo que éstos no afirmaban y que a veces incluso criticaban abiertamente las diversas orientaciones sexuales e identidades de género. El plan de estudios nacional de educación sexual no incluye ningún contenido sobre cuestiones LGBT, y los alumnos dijeron que los temas LGBT rara vez se trataban en otras clases o se presentaban de forma negativa.
Las propuestas para proteger los derechos LGBT se han encontrado con una feroz oposición por parte de grupos conservadores, que se oponen a cualquier reconocimiento o protección de las personas LGBT en la ley. A pesar del creciente apoyo popular a los derechos LGBT, los legisladores han sido incapaces de aprobar un proyecto de ley integral contra la discriminación, dejando a las personas LGBT en riesgo de ser despedidas, desalojadas o maltratadas por su orientación sexual o identidad de género.
Los legisladores y las autoridades escolares deben tomar medidas inmediatas para garantizar que las escuelas sean entornos seguros e inclusivos para los estudiantes LGBT, dijeron Human Rights Watch y la Clínica Lowenstein. La Asamblea Nacional debe promulgar una ley integral contra la discriminación y protecciones contra el acoso escolar. El Ministerio de Educación y el Ministerio de Igualdad de Género y Familia deben tomar medidas para incluir material LGBT tanto en el plan de estudios nacional de educación sexual como en los recursos de salud mental que están disponibles para la juventud en Corea del Sur.
Las autoridades escolares deben aplicar políticas que fomenten la inclusión y el apoyo, incluyendo medidas para incorporar las cuestiones LGBT en la formación y en los planes de estudio, así como sistemas para la denuncia confidencial y la asistencia cuando los alumnos experimentan maltrato o problemas.
“Las escuelas deben ser espacios seguros e inclusivos para que todos los jóvenes puedan aprender”, dijo Thoreson. “Los legisladores y las autoridades escolares deben tomar medidas significativas para que los estudiantes LGBT de Corea del Sur puedan aprender y prosperar sin miedo al acoso, la exclusión y la exposición”