Periodistas y reporteros gráficos se rebuscan con otras actividades, para tener ingresos que le permitan mantenerse. 190 medios digitales fueron bloqueados por organismos estatales, entre 2010 y 2022, según Espacio Público
(21-05-2024) Una reducción de personal dejó sin empleo a Mairet Chourio, una fotoperiodista con 13 años de experiencia, en los cuales ha recorrido medios de comunicación tradicionales y digitales.
El 14 de diciembre de 2023 recibió la noticia de que era imposible sostener a toda la nómina del medio para el que trabajó por cuatro años, en Caracas.
En el estado Bolívar, al sur de Venezuela, Gladylis, una periodista de 30 años de edad, no tiene empleo formal desde el año 2022. Otra reducción de personal en un medio digital venezolano es la razón.
Desde ese momento Gladilys participa en varios proyectos periodísticos y académicos que solo duran entre tres y seis meses. Eso y la venta de comida es lo único que le permite generar ingresos en los últimos años.
Los medios en Venezuela
De la falta de medios de comunicación en Venezuela derivan muchas consecuencias: menos acceso a la información, disminución de coberturas periodísticas y bajas oportunidades laborales para periodistas y fotoperiodistas.
En 20 años del gobierno de Hugo Chávez y Nicolás Maduro van 400 medios de comunicación menos, entre impresos, radios, canales de televisión y plataformas digitales, según el informe Situación del Derecho a la Libertad de Expresión en Venezuela de Espacio Público.
Y aunque los más afectados son los medios tradicionales, en la actualidad los medios digitales enfrentan sus propias limitaciones, sobre todo por un contexto económico tan complejo como el político.
Panorama es desolador
“Conseguir trabajo en las regiones es mucho más difícil, porque se quiera o no, la mayoría de los buenos proyectos están concentrados en Caracas. Los medios regionales no tienen recursos y el pago es muy malo”, dice Gladylis.
Para Mairet, desde Caracas, “el panorama es desolador”. Los colegas a quienes consulta sobre cómo están las cosas en los medios para los que trabajan le dicen que no hay oportunidades para nuevos ingresos.
“Hace cinco años me retiré de un trabajo (medio de comunicación) porque el sueldo no me alcanzaba y gastaba mucho en transporte. Pero después de renunciar solo estuve un mes sin trabajo. Al poco tiempo me llamaron de otro. Hoy las cosas son distintas”, añade Mairet, quien ya acumula cinco meses desempleada.
Dedicarse a otras cosas
Gladylis encontró una forma de hacer dinero lejos de la comunicación social y el periodismo. Vender pastichos le dio la oportunidad de un nuevo comienzo, además la cocina es un oficio que cada vez más atrapa su atención, aunque el aumento de los precios en Venezuela hacen compleja la venta.
“Me iba super bien, los vendía los fines de semana nada más. 500 gramos por cinco dólares, la ganancia no era mucha, era más que todo para gastos pequeños, pero era un ingreso. Una gente me quedó debiendo y me desanimé, literal me pagaron hace un mes desde agosto del año pasado. Ciudad Bolívar es medio complicada a nivel económico, es una ciudad sin fuentes de producción y es bastante difícil para los emprendimientos”.
Mairet se plantea buscar otro oficio y dejar a un lado la fotografía, pero los nuevos comienzos pueden parecer retadores.
“Lo quiero hacer y estoy dispuesta, pero no tengo otra experiencia que pueda aplicar a otra área. Además, como todo, hay que actualizarse, formarse, pero cómo se hace si la precarización nos ha llevado a vivir con lo justo”.
La comida rápida y el periodismo
Jhonattam Petit, periodista en el estado Falcón, usó las redes sociales para contar que por las noches se encarga de un carrito de perro caliente, labor que le permite “ganarse el pan”, a diferencia de su profesión, que ejerce en los últimos seis años pero sin mayores ganancias económicas.
A parte del emprendimiento de comida rápida, a sus 29 años de edad, Jhonattham creó una iniciativa de periodismo hiperlocal que consiste en la grabación de audios con reportes de noticias que envía por las noches a su audiencia de más de 360 personas en grupo de WhatsApp. Esto no le genera ganancias pero le permite mantenerse activo dentro de la comunicación.
Entendí que mi realidad es otra y que necesito dinero. Descubrí que puedo hacer algo más que notas de prensa, descubrí que hay un mundo más allá de la comunicación que no está mal explorar. Tener un nombre (como periodista), no es malo, pero tener plata es mucho mejor”, añade.
Otra visión
“Mantener el funcionamiento de los medios de comunicación digitales se ha convertido en una gincana de esfuerzos agotadores”, describe Laura Helena Castillo, periodista y cofundadora de El Bus TV, el trabajo de mantener operativo un medio de comunicación digital bajo la actual Venezuela.
“En Venezuela esta situación es todavía más complicada. Las dificultades de financiamiento han ido en aumento en la medida en la que el interés por apoyar proyectos periodísticos venezolanos ha disminuido para las organizaciones internacionales, no solo por la dilatada complicación local, sino por el surgimiento de conflictos urgentes como las guerras en Ucrania y Gaza”.
Desde hace muchos años las empresas no pautan publicidad en los medios digitales venezolanos, por varios motivos: desconocimiento del impacto de su inversión en el ecosistema digital, temor por el contexto político y preferencia por las redes sociales como mecanismo directo de mercadeo.
“Las grandes cabeceras de medios en Estados Unidos o España, lograron un número de suscriptores que ayudan a mantener el funcionamiento de las operaciones, pero en un país como Venezuela, con uno de los salarios mínimos más bajos del mundo, esto no es una opción por los momentos. La cultura de la suscripción será una buena noticia que, probablemente, llegue con las mejoras económicas”.
Otras limitaciones
Pero el factor económico no es lo único a lo que se enfrentan los medios digitales en Venezuela. La censura estatal a través de bloqueos o impedimentos al trabajo de la prensa, limitan aún más el acceso y difusión de información en línea.
Una realidad que se evidencia en los 190 bloqueos, aproximadamente, ejecutados por organismos estatales que registró la organización no gubernamental Espacio Público entre el 2010 y 2022.
Marysabel Rodríguez, investigadora y coordinadora del Programa Observatorio Social de Espacio Público, explica que debido al mayor nivel de libertad a la hora de difundir información significa que los medios digitales se conviertan en “un objetivo a reprimir”.
“Por eso vemos tanta sensibilidad de las autoridades o de altos funcionarios, frente a lo que se difunde en medios digitales, porque son los que difunden aquellos contenidos que están censurados en el ecosistema de medios tradicionales, eso, a su vez, aumenta el riesgo, pero también habla de la necesidad de protegerlos, justamente porque son los pocos espacios libres en los que puede circular información de calidad”.