“El derecho a la identidad, a formar familia, al acceso a la educación, a la no discriminación, la inclusión en distintos estratos de las personas LGBTIQ+ siguen siendo exigencias pendientes ante el Estado venezolano.” Frabrizzio S.D.
Por Francisco González/Caleidoscopio Humano
(17-05-2022) El 17 de mayo de 1990, la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad de la clasificación internacional de enfermedades mentales. Catorce años más tarde, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas proclamó ese día como el Día Internacional contra la Homofobia, Bifobia y Transfobia. Este 2022, el lema escogido es “Nuestros cuerpos, nuestras vidas, nuestros derechos”.
Homofobia, bifobia, y transfobia son términos que expresan discriminación y/o rechazo hacia preferencias sexuales distintas a la heterosexualidad. Pueden relacionarse también con miedo, ignorancia y falta de aceptación, en especial, en sociedades conservadoras.
Este día constituye una invitación a conmemorar la lucha por los derechos humanos de las personas de la comunidad LGBTQI+, que han sido históricamente víctimas de acoso, discriminación, asesinato y otras diversas formas de tortura y tratos inhumanos.
Entre los mencionados tratos inhumanos destaca la criminalización de las personas trans, que han sido obligadas a comportarse y actuar de acuerdo a un género con el que no se identifican.
Un hito en la lucha por los derechos de la comunidad ocurrió en la noche del 28 de junio de 1969, en un bar de la ciudad de Nueva York llamado Stonewall Inn. Allí, la policía solía hacer inspecciones de rutina, para validar que no hubiese presencia de homosexuales, lesbianas, bisexuales ni transexuales en el local.
Esa noche, en lugar de someterse a las decisiones de la policía, los presentes en el bar decidieron hacer valer sus derechos, y se enfrentaron a los oficiales, lo que dejó un saldo de 13 detenidos y varias personas heridas.
Este hecho desencadenó una ola de protestas en la ciudad, donde se exigía el respeto a los derechos humanos de los miembros de la comunidad, y el fin de la persecución que el Estado había impuesto en su contra.
Las protestas terminaron en la creación de las primeras dos organizaciones de activistas homosexuales, la Gay Liberation Front y la Gay Activist Alliance, que ayudaron a organizar la primera marcha de la liberación, tradición que hoy se conoce como Marcha del Orgullo en todo el mundo.
A pesar de los esfuerzos por garantizar los derechos humanos de la comunidad LGBTQI+, aún hoy, cinco décadas después de las protestas en Nueva York y tres décadas después de la decisión de la OMS, ser homosexual, bisexual o personas trans es un crimen en 70 países, y se paga con la muerte en al menos diez de ellos.
Venezuela está bastante atrás en cuanto a derechos de las personas de la comunidad LGBTQI+. A diferencia de algunos de sus vecinos, en las leyes venezolanas no está contemplado el cambio de identidad para personas trans, no existen mecanismos para proteger a familias homoparentales, y tampoco es legal el matrimonio igualitario.
El pasado 11 de mayo, el Ministerio Público anunció la creación de una fiscalía que se especializará en delitos contra las personas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales, esto en respuesta a las protestas frente a la sede del Ministerio ante la impunidad de los crímenes de odio perpetuados durante el año pasado.
Si bien lo anterior representa un avance, aún queda mucho camino por recorrer para alcanzar el objetivo, que es que las personas de la comunidad LGBTQI+ gocen de sus derechos humanos en igualdad de condiciones que el resto de la población.
Fuentes:
- La Vanguardia.
- Comisión Nacional de los Derechos Humanos
- El diario.
