Fuente: Efecto Cocuyo
En Venezuela no existe una política pública formal sobre salud mental y prevención del suicidio infantil, y los medios de comunicación que hacen cobertura del fenómeno se enfrentan a la falta de cifras oficiales, los estereotipos y estigmas, lo que se traduce en un subregistro de casos.
Esa afirmación la arrojó un estudio presentado este martes 9 de marzo por Cecodap, ONG que trabaja en la promoción y defensa de los derechos humanos de la niñez y adolescencia, el cual reveló que los programas de salud mental que se crearon en el país no tienen prioridad en la asignación presupuestaria por parte del Estado, y además no están formulados para la atención especializada de los niños, niñas y adolescentes (NNA).
Durante los años 2013, 2014 y 2015 (último año en que se publicaron las memorias y cuentas en Venezuela) no más de ocho estados del país reportaron atención en consultas psiquiátricas y psicológicas para esta población, precisó este martes Carmen Victoria Inojosa, periodista y co-autora de la investigación El suicidio infantil: un problema olvidado en medios y políticas públicas de Venezuela de Cecodap.
En 2014 hubo mención de proyectos como la creación de centros de atención psicosocial para adolescentes, la transformación del Instituto Nacional de Psiquiatría Infantil y la realización de mesas técnicas para elaborar protocolos clínicos de atención a los niños en materia psiquiátrica en los centros de salud, sin embargo la falta de información oficial impidió conocer el estatus actual de esas propuestas.
“La salud mental y la prevención del suicidio está quedando delegada a las familias, y no se asume como una obligación que es parte del Estado de acuerdo con el reglamento vigente y los convenios internacionales de los que Venezuela es firmante”, señaló Inojosa.
Caracterización del suicidio infantil
Un monitoreo de medios de comunicación digitales realizada por Cecodap arrojó que, entre el 2019 y el primer semestre de 2020, se reseñaron 26 suicidios infantiles.
La coordinadora de Comunicaciones de la ONG, Vanessa Moreno, explicó que estos resultados demuestran que existe un subregistro importante de casos, tomando en cuenta que una investigación del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) y Cecodap reveló que solo en 2019 hubo 88 suicidios de niños, niñas o adolescentes.
De acuerdo a los reportes de los medios digitales, entre enero de 2019 y junio de 2020, la edad de las víctimas varío entre los 10 y los 17 años, pero hubo una mayor incidencia entre los 13 y los 15 años.
En aquellas notas en las que se especificó el nivel de instrucción de la víctima, se identificó que la mayoría cursaba educación media (bachillerato) y que 60 % estudiaba en una institución pública. La mayoría de estas muertes violentas ocurrieron en el hogar y los infantes o adolescentes usaron cuerdas u objetos similares.
Moreno aclaró que aunque el suicidio no tiene una causa única, en los casos donde se describió el detonante la mayoría indicó que había conflictos familiares, dato que coincide con los registros del Servicio de Atención Psicológica de Cecodap. Otros detonantes incluyen reportes de depresión, migración de parientes y juegos peligrosos.
El coordinador del Servicio de Atención Psicológica de Cecodap, Abel Saraiba, identificó como algunas potenciales señales de alerta, que invitan a la búsqueda de ayuda profesional:
Los cambios en los patrones de alimentación (que deje de comer o coma en exceso)
Cambio en los patrones de sueño (somnolencia constante o insomnio prolongado)
Conductas hostiles y/o daño al propio cuerpo (autolesiones, flagelaciones u otros)
La publicación de mensajes de infravaloración a través de las redes sociales, mensajes relacionados con el tema de la muerte como salida a los problemas
Cobertura en los medios
Una encuesta realizada por Cecodap a periodistas de la fuente de sucesos evidenció que en 47,6 % de los medios donde trabajan no existe una política editorial definida sobre la cobertura de los suicidios, incluyendo los suicidios infantiles.
En el caso de aquellos medios que sí tienen una política establecida, en 19,1 % se prohíbe reseñar estas muertes violentas y en 33,3 % de los casos su cobertura dependerá del tipo de víctima.
Aún así, el 61,9 % de los periodistas consultados coincide con que es necesario publicar estos hechos para contribuir a su prevención. Sin embargo, en más de la mitad de los casos no se ofrece mayor información sobre la víctima o su entorno, y se usa como fuente primaria (y única) a la policía.
Integrantes de Cecodap exhortaron a los medios de comunicación a abordar este tema desde la prevención, y no esperar a que ocurran estas muertes para analizar el fenómeno.
Demandaron al Estado a promover acciones educativas sobre salud mental para toda la población, y a priorizar la creación de la infraestructura para la prevención y atención del suicidio en niños, niñas y adolescentes.
La ONG insistió en que el contexto de emergencia humanitaria compleja, a la que se agrega la crisis sanitaria por el COVID-19, los niños requieren una atención urgente y diferenciada.