Escasez de medicinas en Farmacias de Alto Costo: el cáncer que mata a los enfermos crónicos

El acceso gratuito a medicamentos de alto costo se ha convertido en una carrera de obstáculos. Los pacientes coinciden en que la espera por un fármaco en las farmacias del IVSS duele más que la misma enfermedad.


Fuente Original: El Pitazo.- Al as cinco de la madrugada, Tania* ya está en la cola. Lleva un informe médico, una carpeta desgastada y la esperanza de conseguir Leuprolide, medicamento vital para tratar su cáncer de mama. 

«Estoy en una carrera contra el tiempo y no sé si cruce la meta con éxito. Mi vida depende de una medicina que no siempre tengo a la mano», dice afligida la mujer, de 42 años, madre de dos niños, residente de Petare.

Como ella decenas de pacientes crónicos llegan desde distintos rincones de Caracas y del país a la Farmacia de Alto Costo de Los Ruices, una de las 56 que existen en Venezuela, adscritas al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS). 

Allí, entre la incertidumbre y el cansancio, se juega algo más que una jornada: la posibilidad de seguir viviendo.

Lucrecia*, una paciente con diagnóstico de endometriosis desde hace cinco años -aunque ha padecido los síntomas por más de dos décadas- también relató a El Pitazo el complejo proceso que enfrenta para acceder a su tratamiento cada mes. 

«Yo vivo en Catia. Salgo de madrugada, llego a las seis o seis y media de la mañana. Aun así, regreso tardísimo a casa. El proceso es lento, desorganizado y nadie te informa nada. A veces pasamos cuatro horas esperando solo para saber si hay o no el medicamento», señala Lucrecia.

El medicamento que necesita también es Leuprolide. La farmacia de Los Ruices no ofrece información previa sobre disponibilidad. La única red de apoyo es un grupo de WhatsApp entre pacientes, donde se comparten actualizaciones y alertas. 

Muchos vienen desde el interior del país: La Guaira, Guárico, Los Teques, Valles del Tuy. La mayoría son pacientes cáncer, lupus, artritis reumatoide, enfermedades degenerativas, renales o trasplantados.

Con las manos vacías

Aunque en la Farmacia de Alto Costo de Los Ruices el sistema ha sido parcialmente digitalizado, el proceso sigue siendo engorroso. 

No existe cartelera informativa; una sola persona revisa récipes e informes médicos, pero no garantiza la entrega.

Cuando no hay existencia, no hay alternativa: el paciente regresa a casa con las manos vacías. Comprarlo en una droguería privada no es una opción. Los ingresos no alcanzan. 

El Leuprolide tiene un costo de Bs. 59.945 ($380 al 9 de septiembre) por ampolla. Existen genéricos como la Triptorelina o la Goserelina. La Triptorelina tiene un costo en el mercado de Bs. 73.125 ($474). 

 «Si no hay tratamiento gratuito, simplemente te vas sin nada. Y si estás registrado en la farmacia de Los Ruices, no puedes buscar el medicamento en otra subsidiada. Yo intenté ir a BanMujer, pero me dijeron que debía desincorporarme de Los Ruices para recibirlos allí», acota Lucrecia.

El acceso a los tratamientos no solo está marcado por la escasez, sino también por una burocracia que obliga a los pacientes a renovar constantemente sus documentos, como si fueran nuevos usuarios cada vez.

«A mí me renovaron seis ciclos de tratamiento, lo que me permite recibir medicación hasta fin de año, pero luego tengo que volver a llevar informe médico, récipes originales sin tachaduras, hoja del Seguro Social, todo firmado y sellado, como si fuera la primera vez», menciona Lucrecia.

Condiciones precarias 

Pero el drama que viven estos pacientes no termina aquí. Las condiciones dentro de la Farmacia de Alto Costo de Los Ruices son precarias. Hay un solo baño para decenas de personas, que suele colapsar y permanecer sucio durante todo el día. Algunos pacientes optan por no comer ni beber para evitar usarlo.

«El único baño que tenemos cerca es el de un restaurante en la esquina, cuyo dueño lo presta por solidaridad. Pero es un tormento. Yo he salido de allí a las seis de la tarde, después de pasar todo el día sin consumir nada», detalló Lucrecia.

La falta de empatía del personal también es cuestionada por los pacientes. Aseguran que deben soportar malos tratos y la indiferencia de quienes no entienden la pesadilla que ellos viven

«Ojalá que no, pero si algún día les toca vivir este calvario, nos entenderán», dice Tania.  

El mercado farmacéutico y las contradicciones

Durante el primer semestre del año, el sector farmacéutico tuvo un crecimiento del 23,4 % en comparación con el mismo período de 2024, de acuerdo con los datos que maneja la Cámara de la Industria Farmacéutica (Cifar); sin embargo, este aumento no se tradujo en accesibilidad.

Según Cifar, el mercado experimentó un crecimiento del 5,2 % en julio de 2025, en cotejo con las cifras del mismo mes el año anterior. Este aumento se traduce en la distribución de aproximadamente 32,96 millones de medicamentos en farmacias a lo largo del país, frente a los 31,31 millones reportados en julio de 2024.

Para Antonio* estas cifras contrastan con la realidad. El 5 de septiembre llegó a las seis de la mañana a la Farmacia de Alto Costo en Los Ruices, y a la nueve le informaron que no había medicamentos para pacientes trasplantados o con cáncer de próstata.

«Este Gobierno juega con la salud de nosotros. Esto es inaguantable. Nosotros necesitamos estos medicamentos y no estamos pidiendo un favor, es mi derecho como venezolano por haber cotizado al Seguro Social», señaló en un video que circuló por redes sociales. 

Usuarios reaccionaron a la denuncia y dijeron estar viviendo una situación similar. «Desde hace muchos años no hay medicamentos de alto costo»«mi mamá es paciente con cáncer y es lo mismo, no hay fármacos»«terrible la indolencia del gobierno, la gente muriéndose y ellos haciendo cadenas desde un bunker», fueron parte de los comentarios. 

Sin tratamiento 

La historia de Tania y Lucrecia no es ajena para los pacientes oncológicos del estado Zulia. María González es una de las personas que acude a la Farmacia de Alto Costo en Maracaibo y sale con las manos vacías, sin el tratamiento y con lágrimas en los ojos.

María fue diagnosticada en febrero de este 2025 con un melanoma metastásico inguinal. Su médico le indicó que debía iniciar al menos ocho quimioterapias, pero sólo se pudo hacer una en el mes de mayo.

«Estoy sin tratamiento porque en la Farmacia de Alto Costo no lo hay y no lo he podido comprar. Todo ese tratamiento es muy costoso y no tengo los recursos», lamentó en entrevista telefónica con El Pitazo.

La paciente requiere Termozolamida de 100 mg para iniciar las quimios cada 21 días. Fue a las farmacias móviles de la Fuerza Armada Nacional en busca de un mejor precio. La encontró, pero no la pudo pagar: tiene un costo de 160 dólares.

María no tiene trabajo. Vende algunos postres para sobrevivir con su alimentación. Sus vecinos la ayudan para algunos exámenes médicos básicos y con los pasajes para ir a la Farmacia de Alto Costo.

A la farmacia va muy poco para ahorrar los recursos, porque le queda lejos y debe cancelar al menos tres pasajes. María reside en el sector El Bajo, una de las zonas más deprimidas y vulnerables del municipio San Francisco. Desde su casa hasta el centro de distribución demora al menos una hora.

«Cuando voy, tengo que salir de casa a las 4:30 a.m. y allá debo esperar afuera hasta que llegue el personal», dijo la paciente, quien, como decenas de enfermos, hace largas colas a la intemperie, sin baños ni sillas hasta ser atendidos.

Las instalaciones de la Farmacia de Alto Costo en Maracaibo, ubicadas en la avenida Milagro Norte, comenzaron a acondicionarse hace dos semanas. 

Las labores están a cargo de la Gobernación de Zulia y forman parte de la recuperación de la Red Oncológica del estado, que incluye la rehabilitación de varios centros.

El gobernador de la entidad, el oficialista Luis Caldera, organizó hace una semana la entrega del medicamento Trastuzumab para pacientes con cáncer de mama, un fármaco con alta escasez y demanda, que cuesta hasta 1.500 dólares en el mercado.

La jornada ayudó a 380 pacientes, pero en Zulia hay cerca de 10.000 pacientes oncológicos y, al menos la mitad, padece cáncer de mama, según indicó Ángel Urdaneta, paciente y activista defensor de los derechos de los enfermos con cáncer, quien agradeció la voluntad del gobernante de atenderlos.

Urdaneta y un grupo de pacientes promueven un proyecto de Ley para la Atención de Pacientes Oncológicos en el Consejo Legislativo del Estado Zulia, que, de aprobarse, contempla la creación de un fondo dentro del presupuesto del Ejecutivo regional para atender a los enfermos como María que no tienen los recursos para salvar su vida.

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