Los familiares expresaron su angustia, indicando que han pasado más de treinta días sin información sobre sus seres queridos, además exigieron a las autoridades venezolanas que aclaren la “estrategia” que están implementando
238 venezolanos fueron trasladados a El Salvador de forma irregular el pasado 15 de marzo
Fuente: Efecto Cocuyo: El pasado 15 de marzo, a través de videos y fotos, se confirmaba el traslado de cientos de migrantes venezolanos a una prisión de máxima seguridad en El Salvador. En total, 238 personas fueron llevadas, bajo engaño, al país centroamericano y, un mes después, siguen en el mismo lugar. No solamente están detenidas, sino incomunicadas. Sus familiares en Venezuela no han tenido acceso a ellas, pero tampoco las organizaciones y abogados que han intentado interceder por los derechos de estas personas.
No obstante, los gobiernos de El Salvador y Estados Unidos parecieran no prestarle atención a esta situación. Al contrario, Nayib Bukele sostuvo un ameno encuentro con Donald Trump el lunes 14 de abril en el que el mandatario norteamericano felicitó a su homólogo salvadoreño y le pidió que le siga apoyando en el manejo de los migrantes deportados de forma irregular y detenidos en cárceles salvadoreñas.
En medio de todo esto se encuentran cientos de familiares, mujeres, niños, hombres y adultos mayores. Todos esperando por alguna respuesta que los lleve a ver nuevamente a sus allegados que se fueron hacia el norte del continente buscando la promesa de una mejor vida.
“Hay momentos en los que estamos muy tristes. Pero esta es una exigencia, nosotros queremos que devuelvan a nuestros familiares. Que respeten sus derechos. Yo quiero que mi hijo esté en mi casa y vuelva a su hogar. Yo puedo entender las leyes de cada país. Pero hay que respetar los derechos humanos de las personas”, dijo Mirelys Casique, madre de Francisco García Casique, un barbero venezolano que está entre los detenidos en el Centro de Confinamiento del Terorrismo (Cecot) de El Salvador.
¿Qué se sabe de los migrantes venezolanos detenidos en El Salvador?
Parecía que aquellas prácticas de desaparecer a personas por semanas o meses y someterlas a detenciones ilegales violentando el debido proceso era cosa exclusiva de gobiernos como el de Venezuela. Sin embargo, Donald Trump y Nayib Bukele han demostrado que la violación de los derechos humanos no reconoce de parcelas ideológicas, sino que es una expresión de algunos con poder.
La organización Human Rights Watch (HRW) ha sido enfática al calificar de “desaparición forzada y detención arbitraria” la situación que viven los 238 migrantes venezolanos deportados de forma irregular a El Salvador. HRW dijo haber entrevistado a 40 familiares de las personas enviadas a El Salvador y determinó que los detenidos siguen incomunicados.
Esto fue confirmado a Efecto Cocuyo por Mirelys Casique, madre de uno de los venezolanos detenidos en el Cecot. “Estamos esperando alguna noticia alentadora. Algo que nos de esperanza, pero todo sigue igual”, dijo la mujer venezolana a Efecto Cocuyo. Sin embargo, con el pasar de los días y las semanas, la situación no es para nada alentadora.
Amnistía Internacional también se pronunció sobre este tema e indicó que la alianza de Estados Unidos con El Salvador es de tipo represiva. Pero que esta ya ocurría en el gobierno de Bukele, solo que ahora se ha aplicado a temas como la migración.
“Pretender exportar esta política hacia la situación de personas migrantes y refugiadas venezolanas en Estados Unidos deja en evidencia la desprotección y el riesgo que ahora enfrentan cientos de miles de personas a que se violen sus derechos humanos, ya no por uno, ni dos, sino por tres Estados distintos”, dice la organización en un comunicado.
Mientras tanto, abogados de Estados Unidos, El Salvador y Venezuela, mantienen esfuerzos desde cada una de sus parcelas para hacer contacto con las autoridades del país centroamericano y así avanzar en algunos de los casos de los detenidos. Hasta la fecha no se tiene información de progreso en ninguno de estos.
¿Qué dice Estados Unidos y El Salvador sobre las detenciones en el Cecot?
Lo que resulta más interesante en este caso es que Estados Unidos, que históricamente ha criticado a otros gobiernos del mundo por aplicar políticas represivas y violentas, así como por la violación de derechos humanos, sea la pieza clave en esta ecuación con El Salvador. La alianza entre ambas naciones pareciera mejorar cada vez más y, después de la reunión de Bukele y Trump, incluso se asomó la posibilidad de que prisioneros estadounidenses sean enviados al Cecot.
Mientras tanto, la principal exigencia de las organizaciones expertas en el tema migratorio y de derechos humanos es que los gobiernos hagan pública la lista con los nombres de las personas detenidas y que se permita inicar el proceso de defensa legal de estas. La respuesta ha sido un atronador silencio que pareciera no cambiar en las próximas semanas.
Incluso se conoció de un nuevo traslado de migrantes venezolanos al Cecot hace dos semanas. Para ese momento había una orden que frenaba la deportación de las personas bajo la ley de enemigos extranjeros de 1798. No obstante, el pasado lunes 14 de abril, la Corte Suprema de Estados Unidos decidió darle autorización a Trump para seguir deportando a personas en el marco de esa ley, por lo que se espera que estas acciones se sigan repitiendo.
También es tristemente recordado el video en el que se observa a la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem hacer un recorrido por el Cecot, plantarse frente a una cámara y hacer declaraciones mientras a su espalda cientos de hombres con las cabezas rapadas, hacinados, la observan fijamente.

¿Hay alguna esperanza para los venezolanos?
Lamentablemente el panorama no luce alentador. Después de un mes de detención se esperaría que exista un avance entre los reclamos de los venezolanos y las ambiciones de los gobierno implicados, pero esto no ha ocurrido. Ni siquiera un poco. Lejos quedó la declaración del Ministerio Público venezolano en la que se asomaba un posible intercambio con las autoridades de El Salvador.
Mientras tanto, los familiares en Venezuela acuden a protestas y exigen a la ONU que intervenga en el caso. Pero de momento no logran que la situación cambie a su favor.
“Yo no sé en qué condiciones está. Nadie nos ha dado asistencia legal todavía”, dijo Mirelys Casique a Efecto Cocuyo. En las últimas semanas, se han recolectado historias de familiares de las personas enviadas a El Salvador y el común denominador es que son hombres jóvenes, con tatuajes y, especialmente, sin antecedentes criminales en Venezuela ni en Estados Unidos.