Navidad

En Venezuela, el Niño Jesús la tiene cuesta arriba

Entre los sueldos congelados desde marzo de 2022, la diferencia entre el dólar oficial, el paralelo y el promedio y, además, las trabas para ingresar juguetes y otras mercancías por los puertos del país, la Navidad en Venezuela está lejos de ser feliz

Caleidoscopio Humano

(24-12-2024) La Navidad en Venezuela es una de las festividades más esperadas, no solo a nivel religioso, sino también porque es el momento en que las familias se reúnen a compartir. Bueno, las familias a las que la migración no ha separado o las que no tienen familiares tras las rejas por razones políticas.

En los últimos años, la Navidad en el país no solo es una época de esperanza y reconciliación. También es sinónimo de lucha, de sobrevivencia y de exigencias.

Los niños y niñas son quienes más disfrutan de la Navidad. Su deseo por encontrar regalos debajo del arbolito o junto a los pesebres y nacimientos los llena de ilusión.

Pero, en medio de la Emergencia Humanitaria Compleja que, desde 2015, afecta Venezuela, la ausencia de sueldos y salarios dignos y la necesidad de muchas familias por tener que escoger entre comer o regalar algo en Navidad, hacen que el Niño Jesús, en Venezuela, la tenga cuesta arriba.

En Venezuela hay cerca de 2.8 millones de trabajadores públicos. La mayoría de ellos con sueldos calculados a partir de 130 bolívares -congelados desde marzo de 2022- y con algunas bonificaciones selectivas que pueden llevar sus salarios a 130, 140 o 150 dólares mensuales. Muy por debajo, por ejemplo, de la canasta básica que supera los $550.

Con estos ingresos, tener un gasto adicional como el Niño Jesús representa, para muchas familias venezolanas, algo imposible de lograr. Muchos niños y niñas deberán quedarse solo con la ilusión.

Aunque el gobierno de Venezuela asegura que todos los niños y niñas -de 0 a 10 años- del país van a tener su regalo de Navidad, esta política tampoco llega a todas las comunidades y, si llega, es a través de los Consejos Comunales, quienes realizan una distribución parcializada y politizada, excluyente y selectiva.

¿Pero cuánto cuesta comprar el regalo del Niño Jesús en Venezuela?

Esto dependerá de lo que el niño o niña le pida al Niño Jesús; sin embargo, en un recorrido hecho por el equipo de documentación de Caleidoscopio Humano por algunas jugueterías y tiendas por departamentos, se pudo ver que los precios de juguetes van desde 10 dólares los más sencillos, como rompecabezas, juegos de mesa o juguetes que no cuentan con ninguna función como música o movimiento, hasta juguetes que superan los $100.

El Niño Jesús tendrá un fuerte dolor de cabeza, si quien le escribió la carta es amante de la tecnología; pues, en este caso, tendrá que disponer de más de 200 o 300 dólares para adquirir cualquier dispositivo electrónico como consolas de videojuegos, lentes de realidad virtual, equipos de computación o celulares.

Una bicicleta, por ejemplo, cuesta entre 120 y 300 dólares dependiendo del tamaño.

Además del costo de los juguetes, que para muchos padres es imposible cubrir, las jugueterías también tienen que adaptarse al difícil contexto venezolano.

José Sánchez es dueño de una juguetería en Mérida. Asegura que este año las ventas están “pesadas”.

“Para darte una idea, en los últimos cuatro diciembres, este ha sido el de menor venta. Paradójicamente, 2020 y 2021, en medio de la pandemia, fueron los más movidos (…) Mi termómetro es que, en mi negocio, yo abro el sistema de apartado desde octubre hasta el 24 de diciembre. A la fecha tengo muy pocos juguetes apartados; eso para mí es un indicativo de que la gente está pasando por una situación económica apretada”, aseguró.

Agregó que, aunque sí se ha vendido, no se compara con el volumen de venta de años anteriores.

Al poco poder adquisitivo de los venezolanos, se suman los obstáculos que deben sortear los comerciantes para poder surtir sus negocios; entre ellos, la retención de mercancía en los puertos del país y la diferencia entre el tipo de cambio oficial, el paralelo y el reciente dólar promedio.

“La brecha entre el dólar paralelo y el oficial hace mucha diferencia con respecto a años anteriores (…) Hay proveedores que exigen el pago en divisas o, si reciben bolívares, no lo hacen a la tasa oficial, sino a una tasa por encima, incluso del dólar promedio”, dijo, agregando que “el comerciante debe maniobrar para poder vender a dólar oficial, poniendo en riesgo, incluso, su ya reducido margen de ganancia”.

En cuanto a la variedad de juguetes, destaca que es limitado: “En medio de la evidente crisis económica que vive el país, no podemos arriesgarnos con un stock muy variado de juguetes”, señaló.

Para contrastar esto y tratar de atraer clientes, el comerciante merideño optó por incluir en su negocio juguetes más sencillos con bajo costo “pero manteniendo la calidad” y, además, aseguró que se reinventará de cara al 24 de diciembre, ofreciendo combos y arreglos de chucherías “por si alguna familia no tiene cómo comprar un juguete, pueda regalarles a sus hijos, al menos un detalle bonito”.

Ya sea por los bajos sueldos y salarios o por los diferentes problemas económicos y comerciales que marcan el día a día en el país, el Niño Jesús, en Venezuela, no la tiene nada fácil; la crisis de derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA) es cada vez más profunda y afecta, incluso, tradiciones tan arraigadas como las de diciembre. La Navidad, en Venezuela, está lejos de ser feliz, al menos para todos. 

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