Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional (AI) destacó que la situación de DDHH en Venezuela en la última década ha empeorado. Registran ejecuciones extrajudiciales, tortura, detenciones arbitrarias, estigmatización de defensores de derechos humanos y arrestos a la disidencia
(17-11-2024) La secretaria general de Amnistía Internacional (AI), Agnès Callamard, denunció que la situación de los derechos humanos en Venezuela ha ido de mal en peor. Alertó que el país no ha tenido avances en esta materia en la última década.
Desde Lisboa, Callamard subrayó que la organización que representa coincide con el “diagnóstico” que hizo recientemente una misión de expertos independientes, establecida por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
La misión aseguró en su informe que Venezuela ha sufrido una de las crisis de derechos humanos más graves tras las elecciones del pasado 28 de julio, en las que el Consejo Nacional Electoral (CNE) nombró a Nicolás Maduro como el ganador y esto fue rechazado por la oposición que cantó fraude.
La secretaria general del AI destacó que la instancia ha llevado a cabo una investigación «a fondo» en los últimos cinco años y, comentó, ha encontrado «pruebas» de crímenes contra la humanidad cometidos en territorio venezolano, «en particular persecución con motivos políticos».
«Hemos hallado pruebas de ejecuciones extrajudiciales, tortura, detenciones arbitrarias, estigmatización de los defensores de derechos humanos y arrestos de gente por disentir de las autoridades», enumeró Callamard, quien remarcó que «en el periodo post electoral la represión ha escalado» y se ha visto «un deterioro marcado».
Recordó que 2.000 personas que fueron apresadas tras los comicios siguen detenidas, entre ellas varios activistas pro derechos humanos.
“Sabemos que al menos 25 personas han fallecido por el uso de fuerza letal, incluidos menores. Sabemos que se ha adoptado una ley anti-ONG; que se ha maltratado a menores que siguen detenidos”, apuntó, según recogió la agencias de noticias EFE.
Alertó que el panorama venezolano ha afectado a AI. En este sentido, contó que “colegas de Amnistía Internacional han tenido que marcharse, han tenido que tomar muchas precauciones para continuar su trabajo”.
Pidió «la liberación incondicional de quienes estén detenidos por la expresión pacífica de sus puntos de vista políticos o de otro tipo».
Callamard opinó que el régimen de sanciones contra Venezuela «funciona moderadamente», ya que durante y después de la pandemia, y a lo largo de la guerra en Ucrania, «Venezuela y el petróleo venezolano se han convertido en un atractivo interesante, incluso para aquellos que querían condenar a Venezuela».
«Por tanto, esta es una de esas crisis de derechos humanos proactivas y parece que ahí tampoco hay un final a la vista», zanjó la activista.