“La migración se convirtió en una oportunidad”: emprendimientos venezolanos en Colombia

En Colombia, se realizará durante tres días una feria virtual a favor de emprendimientos venezolanos.

Fuente: La Voz de América

BOGOTÁ – Hace cinco años, los hermanos Ereú vivían a seis horas de distancia, lo que les impedía cumplir uno de sus sueños: crear una compañía musical y dejar un legado familiar.

No obstante, llegar a Bogotá hace seis años, tras vivir días muy caóticos en su natal Venezuela, fue la respuesta perfecta para lograr sueño dorado: crear Ereú Brothers.

“La migración se convirtió en una oportunidad de que todo resurgiera nuevamente. Bogotá ha sido una ciudad de empuje para nosotros… Siendo una capital cultural, nos dimos cuenta el potencial que tiene”, le contó Karla Ereú, violista del grupo, a la Voz de América.

En Venezuela, Karla, junto a sus hermanos, Carlos y Marlos, fueron músicos del Sistema Nacional de Orquestas, y se desenvolvieron en las orquestas sinfónicas más importantes de su país, como la Simón Bolívar y la Sinfónica de Lara.

A pesar de que los tres trabajaban, su calidad de vida se fue perdiendo poco a poco: “El sistema de orquestas es un sistema muy fuerte con fundamentos muy sólidos que permiten darle trabajo a mucha gente y formar a mucha gente, pero lamentablemente, a través de todo el manejo que le daba el Gobierno, en su momento hizo que la calidad de vida de todos esos músicos, profesores, maestros disminuyera», le contó Marlos, violinista de Ereú Borthers, a la VOA.

«Esa fue una de las necesidades primordiales y era que ya no teníamos una calidad de vida y no queríamos ser de otra forma… trovadores de plaza… No, queríamos mejorar y potencializar lo que éramos y ya no lo podíamos hacer en Venezuela”, agrega.

Empresas familiares

Pero no solo han podido trabajar juntos, sino crear una empresa familiar y generar empleo. Su madre es la administradora del grupo y seis personas más laboran en la parte académica y administrativa.

Tras una larga investigación del mercado, Karla cuenta que el comienzo fue un trabajo arduo, pero que la constancia ha generado muchos frutos. Ereú Borthers, hoy en día, tiene una escuela musical –con cátedras de violín, chelo, guitarra, bajo eléctrico, batería, piano e iniciación en la música para niños- que pasó de tener cinco alumnos, en 2016, a 40 en la actualidad.

Por otro lado, ofrecen producción musical: masterización, producción y musicalización, grabación. “Comenzamos haciendo producciones a terceros, haciendo producciones pequeñas de un tema, de algún ajuste, de alguna canción. Ahora, Ereú Brothers cuenta con los equipos profesionales para hacer producciones musicales”, cuenta Karla, quien incluso dice orgullosa que tiene patrocinadores en Estados Unidos.

El grupo, además, ha realizado una serie de conciertos con la Filarmónica de Bogotá, en otros eventos privados, empresariales, y ha participado en festivales donde han ganado el primer lugar, como el Festival de Bandas y Orquestas y Coros Emergentes de Bogotá.

Su sueño, cuenta Marlos, es establecer un lugar propio para la escuela y para mejorar sus espacios de producción: “Nuestro sueño está en establecer un local en una buena zona en la ciudad para, de otra una u forma involucrar a muchas personas, muchos niños, mucho jóvenes, pero también a todos esos músicos que quieran producir música que quieran grabar su instrumento de la mejor manera”.

Así como la migración se convirtió para estos hermanos en la oportunidad de sus vidas, para Manuel Jaimes, director de «Tu Agencia de Seguros», fue el momento para abrir un mercado, según él, poco explorado en otro país: “La mayoría de personas están acostumbrada a comprar el seguro a los bancos, a comprar el seguro a ferreterías, a comprar seguro a entidades que no guardan relación con la profesión. Entonces, terminan teniendo malas experiencias porque no les explican el seguro que compra”.

Este venezolano llegó hace cinco años y medio aproximadamente a Colombia porque ya se sentía inseguro en su país: “Me robaron en dos, tres oportunidades, y bueno cada vez uno se sentía más cerca, Dios no lo quiera, de un secuestro o de una situación más grave relacionada con inseguridad”, le contó a la VOA.

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