Por Nataly Carvajal
(17-10-2023) Cuando se habla de pobreza se hace referencia a la carencia de recursos necesarios que permitan a las personas satisfacer sus necesidades, en consecuencia, estas personas no tienen la oportunidad -ni capacidad- para producir lo que requieren para vivir en condiciones dignas.
La pobreza es una situación que afecta la vida de millones de personas en todo el planeta, sobre todo en aquellos países en vías de desarrollo, porque existen menos posibilidades de acceder a bienes y servicios como agua potable, salud y educación.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Humano y la Iniciativa sobre Pobreza y Desarrollo Humano de Oxford, sobre el Índice de Pobreza Multidimensional, indicó que la reducción de la pobreza es un objetivo alcanzable.
No obstante, la ausencia de datos amplios sobre las repercusiones de la pandemia por Covid-19 ha dificultado el análisis y las posibles repercusiones de la misma en el futuro inmediato.
De acuerdo con este programa y sus estimaciones en 110 países, en el año 2023, 1100 millones de personas viven en situación de pobreza multidimensional aguda, lo que significa que alrededor de cinco de cada seis personas en situación de pobreza viven en África Subsahariana y en Asia meridional.
Por su parte, la CEPAL, en su informe anual Panorama Social de América Latina y el Caribe, reveló que entre 2020 y 2021 las personas en situación de pobreza extrema aumentaron alrededor de los cinco millones.
Las personas que viven en condiciones de pobreza experimentan muchas situaciones de carencias que se entrelazan acentuando desigualdades que les imposibilita el ejercicio de sus derechos.
Entre esas dificultades se encuentran la falta de alimentos nutritivos, condiciones de trabajo peligrosas, acceso limitado a servicios médicos y educativos, viviendas inseguras, acceso desigual a la justicia, entre otras…
El objetivo 1 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo es el objetivo número uno de las metas del milenio; pues, el 10 % de la población mundial vive en condiciones de pobreza extrema.
Para contrarrestar estas estadísticas es necesario que se refuercen medidas e inversiones para elevar las oportunidades económicas, mejorar los servicios de seguridad social y el área educativa, sobre todo de las personas menos favorecidas.
Al erradicar la pobreza se ataca de frente a otros problemas que aquejan a millones de personas vulnerables, porque muchos de los problemas estructurales de las sociedades y hogares son derivados de la pobreza extrema que enfrentan las personas y su necesidad de sobrevivir.
En la actualidad la pobreza está acompañada de los retos y cambios políticos, sociales y climáticos que enfrentamos en el planeta, muchos hogares en condiciones de precariedad toman medidas desesperadas.
En este orden de ideas, Save the Children, en su informe “Las niñas en el centro de la tormenta: Su planeta, su futuro, sus soluciones”, manifestó el riesgo extremo al que se enfrentan las niñas con el cambio climático y el recrudecimiento de la pobreza, porque el matrimonio infantil aumentará en un 33 % alcanzando la cifra de casi 40 millones en 2050.
Según los especialistas, algunos matrimonios se realizan por cuestiones económicas, debido a que los padres no pueden mantener a sus hijas y deciden casarlas. Todo esto atenta contra los derechos de niñas y adolescentes y su vida a una libre de violencia.
Pobreza en Venezuela
En Venezuela, producto de la crisis política, social y económica, la pobreza ha aumentado desproporcionadamente.
De acuerdo con la plataforma Statista, en el 2022, más de la mitad de los venezolanos se encontraba en situación de pobreza extrema, al registrarse un aumento considerable de personas en el país en esta situación desde el año 2014.
Esta plataforma indica que desde 2014 se pasó de un 25,2 % a un 75,2 % en 2018, igualmente se evidenció un descenso a partir de 2018, ubicándose en 53 % para el 2022.
Por su parte, la Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI) 2022 reveló que hubo un decrecimiento de la pobreza multidimensional de casi un 15 %, pero que aumentó la desigualdad, es decir, se acrecentó esa brecha que separa a los más pobres de los más ricos.
En este sentido, la encuesta señaló que la pobreza está afectando a un 81,5 % de la población venezolana, lo que significa que cada 8 de 10 personas en el país no tienen los recursos para acceder a la cesta básica, los niveles de desigualdad son tan elevados que en la región se ubica de primero, y comparando con otras regiones se encuentra al nivel de países como Namibia, Mozambique y Angola.
Urge que desde el Estado se planteen políticas públicas para generar programas sociales distintos a los existentes para beneficiar a los hogares venezolanos.
En el caso del Programa de Alimentación Escolar (PAE), existen deficiencias para que todos los niños tengan asegurado su plato de comida en las escuelas y que esta sea de la mejor calidad.
Igualmente, respecto al Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP), no todos los hogares acceden a esta bolsa de alimentos y menos con la regularidad que requieren los hogares.
La precarización de las condiciones de vida de la población venezolana sigue vulnerando los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, pues, en el país no existe garantía de bienestar social, lo que impide erradicar la pobreza a millones de personas para que así, puedan vivir en dignidad.