De acuerdo con los cálculos de Súmate, es necesario que el CNE haga una actualización importante del Registro Electoral para que se inscriban y actualicen sus datos más de 10 millones de personas que por ley deberían estar habilitados para votar en las elecciones presidenciales de 2024
(01-05-2022)
La Asociación Civil Súmate publicó un reporte en el que calculan en 10.287.887 la cantidad de venezolanos que se quedarían sin poder ejercer su derecho al voto en las presidenciales de 2024 si el Consejo Nacional Electoral (CNE) no inicia de inmediato una actualización bien estructurada del Registro Electoral (RE).
De acuerdo con el reporte, Súmate estima que hay 2.017.037 venezolanos en el país menores a 45 años que no se han inscrito en el RE, cuando se suma esta cifra con 1.574.831 aproximados de venezolanos que han sido reubicados sin poder hacer el cambio ante el CNE, un déficit de reubicaciones que no se han procesado desde el año 2014 de 1.000.000 de personas, y 1.139.985 menores de edad que tendrán 18 años para la elección de 2024, en total en Venezuela existen 5.731.853 ciudadanos que deben inscribirse o actualizar sus datos en el registro.
En el caso del extranjero la cifra es igual de abrumadora. Súmate indica que hay 3.299.663 venezolanos en el extranjero que están inscritos para votar en Venezuela por lo cual deben actualizar sus datos. Además, hay 1.000.000 que son menores de 45 años y no están inscritos en el RE. Al sumar 258.371 que son menores de edad y que para 2024 tendrán los 18 años requeridos para votar, la asociación civil calcula en 4.556.034 personas las que deben ser procesadas para poder participar.
Francisco Castro, presidente de Súmate, declaró a Crónica.Uno que, a pesar de lo difícil que pueda parecer inscribir o actualizar los datos de más de 10 millones de personas en el RE, es algo que “se puede hacer si desde el CNE siguen las recomendaciones que hemos hecho”.
En el caso de las acciones que se pueden tomar dentro de Venezuela, las propuestas son concretas y relativamente fáciles de cumplir para el ente electoral: ampliar la red permanente de puntos de inscripción para que haya al menos uno en cada municipio del país además de las 24 oficinas regionales electorales; planificar y ejecutar operativos especiales de inscripción en los dos años que restan antes de las elecciones; y también desplegar puntos de inscripción y actualización a solicitud de organizaciones con fines políticos (partidos).
En cuanto a lo que se puede hacer para los casi 5 millones de venezolanos en el exterior, ahí la tarea es “más difícil”, señaló Castro.
Atender la demanda en el extranjero es una tarea sumamente complicada, sin duda tiene que ser el resultado de una negociación de carácter político que incluya además a las autoridades de los países receptores de la diáspora”, comentó.
Castro recomendó que se acudiera a entes como la Organización de las Naciones Unidas que den el apoyo técnico necesario para tener un modelo que verdaderamente permita la inscripción y actualización de datos.
Además de procesar los movimientos en el RE, el presidente de Súmate señaló que se deben generar las condiciones para que estos venezolanos puedan votar si así lo desean, algo que con la estructura actual simplemente “es imposible”.
“La conversación no debe ser solo sobre la metodología para la inscripción, sino también para la votación. Hay ciudades en las que en el pasado con un consulado bastaba, pero en este momento la estructura es insuficiente, hay ciudades como Miami que tienen más de 300.000 personas. Un consulado no puede recibirlas a todas para votar”, explicó.
Además de lo complicado de poner en funcionamiento este modelo, Castro dijo que el tiempo es un factor crucial, ya que, “a pesar que 2024 se ve como algo muy lejano, la verdad es que para lo que se tiene que hacer es una fecha que más bien está muy cerca”.
Si las elecciones son en diciembre de 2024, lo más seguro es que el RE cierre en junio o julio de ese año. Estamos en abril de 2022, así que a lo sumo tendremos unos dos años y dos o tres meses. No es tanto tiempo”, afirmó.
A pesar de que la cifra de su estimación es casi un tercio total de la población venezolana, el presidente de Súmate aseguró que su cálculo fue “conservador” y que llegado el año 2024 la situación podría ser más compleja, ya que en su modelo para calcular cifras no incluyeron la migración interna y externa que se pueda registrar en los próximos dos años.