Fuente: Alianzaregional.net. – Presentamos el estudio: “Silenciamiento de voces públicas: los impactos de la violencia digital en la libertad de expresión de periodistas en América Latina y el Caribe”. Un nuevo informe de nuestra colección Artículo XIII, que continúa el análisis de una de nuestras principales líneas de trabajo: los desafíos que plantean internet, el uso de sus plataformas y la tecnología para el ejercicio de la libertad de expresión en la región (*).
En los últimos años, el ámbito digital se convirtió en el principal foro de intercambio de opiniones, allí se construyen agendas que son tomadas por medios de comunicación y gobiernos. Sin embargo, aunque internet sigue siendo una de las herramientas más poderosas para democratizar la comunicación, también es el espacio donde la violencia prolifera, limitando, restringiendo y silenciado voces.
Es por eso, que en esta oportunidad y luego de analizar fenómenos tales como la vigilancia masiva de expresiones ciudadanas en línea por parte de los gobiernos, o la violencia de género en línea, decidimos centrar nuestra investigación en uno de los colectivos más vulnerables: las y los periodistas. A través de testimonios en primera persona, damos voz a quienes han sido víctimas de este fenómeno, visibilizando así las graves consecuencias que la violencia digital tiene en su trabajo y en su vida diaria.
¿Qué entendemos por violencia en línea?
Se trata de cualquier acto o conducta violenta contra una persona cometida a través de cualquier medio de comunicación electrónico, cuyo objetivo es intimidar, acosar, silenciar y/o perjudicar a alguien; y que, además, tiene un impacto físico, emocional, psicológico y/o económico en la vida de la víctima.
La violencia en línea traspasa la virtualidad, tiene consecuencias concretas y visibles en las personas que la padecen y sus personas allegadas, y con frecuencia, continúa literalmente por fuera de las plataformas digitales.
Vulnerabilidad regional
Este nuevo estudio confirma que la violencia en línea no es un fenómeno aislado, sino parte de una crisis estructural que atraviesan América Latina y el Caribe. Otras manifestaciones vinculadas a la libre expresión también son socavadas, lo que implica un incremento de las restricciones de espacio cívico. La falta de políticas públicas y leyes adaptadas a las dinámicas digitales agravan aún más el impacto sobre este derecho.
En este escenario, las y los periodistas enfrentan hostigamiento, discursos de odio, noticias falsas, ataques de funcionarios públicos y mensajes de descrédito, lo que perjudica gravemente su desarrollo laboral, mina su carrera profesional y deteriora su salud mental.
