El Instagram de Caleidoscopio Humano se convirtió en un espacio de formación e intercambio de opiniones durante la tarde del lunes 17 de mayo para conmemorar el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia y hablar del Yo Te Creo de esta comunidad.
Por: Jhosgreisy Hernández / Caleidoscopio Humano
En el año 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó de considerar a la homosexualidad como una enfermedad, llevando incluso a que 14 años después en 2004, se asumiera el 17 de mayo como el Día Internacional Contra la Homofobia, Bifobia y Transfobia.
El encuentro online conducido por Gabriela Buada, periodista y fundadora de la ONG Caleidoscopio Humano y Yendri Velasquez, activista por los derechos humanos y defensor de la comunidad LGBTIQ+, buscó desde el inició que todos los seguidores y cada interesado en el tema, pudieran entender las diversas denuncias y el cómo mejorar las condiciones de esta población en Venezuela.
El debate
“Aunque no hay nada que celebrar, esta ocasión es para nosotros la oportunidad ideal para visibilizar oportunamente todos los problemas que a diario viven las personas en el país y que van desde el acoso y la discriminación hasta el no ser considerados en las leyes”, declaró Buada.
El machismo tiene como principal víctima a las mujeres, pero también a las personas que escapan del patrón binario, es decir, quienes rompen todas las normas sociales con las cuales la mayoría se identifica.
“Quienes pertenecemos a la comunidad LGBTIQ+ somos doblemente vulnerables porque existe un constructo social que llega a poner en riesgo tus libertades individuales. En diversos países hay personas que son violadas o pasan por terapia de corrección porque son lesbianas u homosexuales y es una realidad que se oculta”, aseveró Velásquez.
La verdad de estos casos va más allá de lo que ocurre a simple vista. La comunidad LGBTIQ+ no es vulnerable por su orientación sexual, sino por la desprotección del Estado, que no cumple con la garantía de los derechos humanos y no genera políticas publicas contra la discriminación.
“En el caso de Venezuela, estos problemas sabemos que existen, entendemos que suceden, pero debido a la Crisis Humanitaria Compleja y a todo lo que nos pasa, no llegamos a identificar que la comunidad es mayormente vulnerable y, por ende, estamos ciegos ante ello, pero la verdad es que esto proviene de una figura patriarcal y machista en donde normalizamos y reforzamos conductas que hacen daño, humillan y limitan” comentó Buada.
“Los chistes, comentarios, estereotipos y etiquetas van generando en el colectivo una manera de ver la vida en las personas de la comunidad LGBTIQ+ y esto tiene un trasfondo misógino del cual no escapamos como hombres homosexuales” afirmó Velásquez.
Yo si te creo
El movimiento de sororidad más grande y que surgió debido a decenas de denuncias en redes sociales, llegó para quedarse, según la defensora de derechos humanos, para hacer referencia de lo que se vive también en la comunidad LGBTIQ+.
“Hay que aclarar que estos casos de abuso no solamente suceden en mujeres. Cuando violan a un hombre, muchos de los prejuicios limitan las denuncias y hacen que dudemos de cómo proceder. El machismo nos limita hasta a crear relaciones insanas, dicta el qué debemos hablar, nos hace poco equivalentes entre nosotros y refuerza ideales absurdos como el del macho”, declaró Velásquez.
Buada resaltó que la sociedad ha normalizado estas conductas de tal manera que no duda en saber si comete algún error. “No es que seamos una generación de cristal, es que no queremos seguir viviendo de una manera en donde los señalamientos superan cualquier cosa y en donde no nos sentimos seguras”.
Las horrorosas denuncias realizadas en Instagram, Twitter y Facebook han servido para movilizar, sensibilizar y mostrar que el problema es real, que hay que colocar un alto y que esto ocurre no solamente en colegios o universidades, al contrario, se encuentra incluso en muchas familias.
El en vivo de la ONG Caleidoscopio Humano ha funcionado, como en muchas otras ocasiones, como una manera clara y especial para hablar de temas que para muchos resulta extraña y ajena pero que son conversaciones que deben darse en todos los espacios para obtener múltiples visiones de cambio y de deconstrucción de aquello que se da por sentado y que genera discriminación, abuso, violaciones y retroceso.