“No, no se suicidan ni los valientes, ni los cobardes, ni los egoístas, ni los altruistas. Se suicidan las personas como tú y como yo. Es así de crudo”, dijo la psicóloga española Martha Martínez Novoa, a propósito del día mundial para la prevención del suicidio este 10 de septiembre.
Según la Organización Mundial para la Salud (OMS) cada año se suicidan cerca de 700 mil personas. Para el 2019, el organismo concluyó que cada 40 segundos alguien se quitaba la vida.
El suicidio es un tema del que no todo el mundo habla. Es como zona roja por lo difícil de digerir. Se habla de él muchas veces como un juego, hasta que afecta tu alrededor.
“Este tema sigue totalmente silenciado mientras que, por desgracia, sigue pasando cada día”, manifestó en sus redes sociales la experta española.
Para la psicóloga Martínez Novoa, quien es reconocida por sus mensajes educativos a nivel psicológico en Instagram, no es cierto de que quien quiere terminar con su vida no avisa. Por el contrario, ella considera que las personas “suelen dar pequeñas señales”.
Estas son: regalar bienes a personas allegadas; despedirse, expresiones como que son una “carga”, “no quiero vivir” y la desmotivación.
No todas las señales lo convierten en suicida
Sin embargo, el psicólogo y locutor Hengels Aranguibel no opina del todo igual. Según indicó para Radio Fe y Alegría Noticias, una persona puede pensar “mejor no estoy en este mundo” u “ojalá me muriera”, pero eso no lo convierte en un suicida.
“Hay que diferenciar entre el pensamiento recurrente de muerte y la ideación suicida. El suicida emplea parte de su tiempo no solo pensando en su muerte, sino analizando las distintas maneras que puede tener de llevarlo a cabo”, explicó.
Lo que sí comparte es que existen signos que pueden servir de alarma para percibir que algo no está bien, pero lo ideal es apuntar a consultar con un experto. “Es importante atender a ciertos cambios en la conducta habitual de la persona: retraimiento, aislamiento, personas que lucen más exaltadas de lo habitual. Esos son signos de alarma que deben tomarse en cuenta”.
Para los psicólogos la ideación suicida es el conjunto de pensamientos intrusivos y repetitivos sobre la muerte, sobre las formas deseadas de morir y sobre los objetos, circunstancias y condiciones en que se propone morir. Es decir, la persona está analizado con anterioridad y es allí cuando más atención hay que prestar.
“Existen muchos factores que pueden desencadenar en un suicidio, por lo general el suicida puede vivir mucho tiempo con la idea suicida hasta que un evento desencadenante lo lleva a cometer el acto”, sostuvo Aranguibel.
Por su parte, el director de la ONG Cecodap, educador y terapeuta, Óscar Misle, en entrevista con Radio Fe y Alegría Noticias, indicó que el principal motivo de consulta en el servicio de atención psicológica de la organización son las alteraciones del estado de ánimo.
Cecodap registra en Venezuela un 49% de casos de infantes con alteraciones de ánimo y un 23% de casos de jóvenes con ideación suicida.
“Del 49%, un 23% ha tenido ideación suicida. Eso es una cifra alarmante ya que ha crecido en comparación con años anteriores. Esto hace prever que en este confinamiento se generan situaciones que afectan la convivencia de niños y adolescentes”, señaló.
¡No, hablar de suicidio no es negativo!
Existe una creencia falsa de que hablar de temas como el suicidio incita a ello, pero, es todo lo contrario. Martínez Novoa habló sobre el “Efecto Werther” y su criterio. Considera que la publicación responsable, cuidadosa y respetuosa de información sobre el suicidio no solo no genera “efecto llamada”, sino que ayuda a prevenir intentos suicidas (Efecto Papageno).
Lo mismo creen la OMS y Cecodap, organizaciones que aseguran que los programas de prevención del suicidio en niños, niñas y adolescentes son necesarios.
Misle expresó que se debe hablar del tema, sobre todo a los jóvenes. “Lo que no hablamos nosotros, lo van a escuchar en otro lado. Hay que preguntarle al niño sobre lo que piensa, lo que siente, lo que perciben, qué conocimientos tienen para partir desde ahí”, sugirió.
Por su parte, la especialista residente de España agregó en sus redes sociales que hablar con alguien sobre si se tiene este pensamiento no da más ideas suicidas. Es decir, que no es un efecto contagio ni negativo para ninguna de las partes.
Cualquiera puede pensar en irse
Padecer de un trastorno mental no convierte a alguien en un posible suicida. “Cualquier persona puede hacerlo, independientemente de su etnia, situación económica, género, edad o nivel educativo”, afirmó la psicóloga Martínez Novia.
Realmente se trata en muchas ocasiones de “situaciones que pueden ser desencadenantes de un suicidio, incluso sin haber tenido nunca pensamientos o ideas suicidas”.
Así también lo explicó Hengel Aranguibel sobre el margen diferencial de un pensamiento recurrente de muerte y la ideación suicida, el cual varía dependiendo del estado emocional de la persona y de ciertos elementos de su entorno.
El suicidio, la cuarta causa de muerte entre los jóvenes
En los jóvenes de entre 15 a 29 años, el suicidio es la cuarta causa principal de muerte, aunque las tasas varían entre países y géneros: hombre y mujeres. Además, se estima que los intentos de suicidio pueden ser 20 veces esa cifra.
Según la OMS, las tasas de suicidio disminuyeron desde el 2000 hasta el reporte en 2019. Aunque la tasa mundial se redujo en un 36%; en América se incrementó en un 17%.
El resto del mundo tuvo descensos que oscilaron del 17% en la región del Mediterráneo Oriental al 47% de la región de Europa y el 49% del Pacífico Occidental.
De por sí, el continente americano tiene una cifra elevada. Ahora bien, ¿en Venezuela qué se depara en un contexto de Emergencia Humanitaria Compleja?. La realidad documentada no está clara porque desde los voceros oficiales no hay datos recientes. Sin embargo, la sociedad civil trabaja por recopilar y documentar sobre distintos hechos en el país.
Allí entra el estudio del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), en el que se contabilizó que durante el primer semestre de 2020, hubo más de 94 suicidios en todo el territorio nacional. Además, el 35% de las personas que se quitaron la vida, lo hicieron por motivos vinculados con la situación económica y social.
Para abril de este año, Roberto Briceño León, sociólogo y director del OVV, informó que el suicidio pasó de ser una decisión individual relacionada con distintos factores de riesgo, a ser también un fenómeno de carácter social.
“Adiós, los quiero a todos”
“Adiós”, puso en su historia de Instagram Alejandro Urdaneta, el joven activista que se quitó la vida en Maracaibo, Zulia, al tirarse del edificio en el que vivía.
Un acto que llena de dolor a muchos que conocieron a la gran persona que era, quien hoy deja su esencia en la memoria, las fotografías, en sus textos.
“Los quiero a todos, espero que sean felices”, firmó como adiós también en su último estado de Whatsapp el 14 de abril de este año a las 6:51 p. m.
Alejandro Urdaneta, de 23 años, era una persona “multifacética”. Así lo define su amigo y compañero activista Abraham Labra, quien contó a Radio Fe y Alegría Noticias que su amigo hacía muchas cosas como diseñar, defender los derechos humanos, modelar, fotografiar, practicar ciclismo, entrenar en el gimnasio. Una serie de actividades que no le impedían seguir con sus dos carreras, una de Economía en la Universidad del Zulia y de Administración de Empresas en la Universidad Rafael Urdaneta.
Pero con todo y eso, «sufría de depresión» ─dijo Labra─, una enfermedad que causa un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés.
Una realidad de su vida que no conocían algunos de sus amigos. Como Daniel Parra, quien era su amigo por trabajar juntos en la Federación de Estudiantes Universitarios por los Derechos Humanos (FEDEHU).
“No tuvimos alguna señal o comentario. Era típico. El día anterior nos recordó cuando estaba en Lidera 10”, alegó en una entrevista.
“Se desconoce la razón, pero respetamos su decisión, su motivo. Esta partida nos hizo ver que hay muchos mensajes entre líneas que no interpretamos y que lamentablemente reaccionamos muy tarde para poder accionar”, expresó afligido Parra, quien describió a Urdaneta como “complicado”.
Un joven complicado por su agenda, compromiso, responsabilidad, voluntad, carisma, jocosidad, diferencia. “Alejandro estaba preparado académicamente. Leí su curriculum y era para que llegara a ser presidente de la República”, afirmó con emoción.
Es que Urdaneta tenía un cuarto de estudio donde se sentaba con sus libros a entregar todo por los proyector que amó: la FEDEHU, Lidera 10 y Sin Mordaza.
Era un líder, los animaba, orientaba y buscaba una salida siempre, así lo ven sus amigos y compañeros. “Más que un amigo fue un hermano, un mentor, una guía”.
Según Labra, en ocasiones en algunas conversaciones decía algunas cosas que eran alarmantes. “Una vez que vino a mi casa me dijo lo que me falta es suicidarme”, pero luego se retractó como si no fuera nada de importancia.
“Él decía que no le gustaban los días grises. El día del suceso fue un día gris”, recordó Labra con un ligero suspiro que lo llevó a navegar por las memorias de aquel viejo recuerdo.
¿Por qué se suicidan las personas como Alejandro Urdaneta? “No sabemos qué sucedió, no es lo que reseñaron los medios, es un misterio”, resaltó el universitario Daniel Parra.
“Yo soñé con él el día después del suceso y estábamos a la orilla del lago y me dijo que me quedara tranquilo, respetara su decisión y siguiera”, indicó.
Solo se sabe que Alejandro Urdaneta dejó una carta a su familia, pero es él quien se llevó todo lo que sentía y pensaba.
Por eso, Parra aprovechó el espacio para recordarle a las personas que hay que aprender a decir lo que se siente y quiere, porque “la vida se nos va en segundos”.
“Quieres hablar, preguntar y elogiar, hay que hacerlo porque cuando esa persona no esté no tenemos más para decirle. No esperemos hasta el final para decir lo que sienten y prestar atención a cada mensaje”, finalizó.