La labor de los profesionales de la comunicación ha evolucionado en medio de las tensiones que suponen un riesgo para la libertad de expresión y el derecho a la información
El 10 de mayo, Día del Periodista Boliviano, encuentra a los trabajadores ante varios desafíos y transformaciones, pero también ante el reto de sobrellevar las tensiones políticas de sectores del Gobierno que ubican a este gremio como parte de su oposición.
El exdirigente de los periodistas y docente Antonio Vargas considera que los mandatarios no deben confundir la cobertura de la prensa y las denuncias de casos de corrupción que se descubren como un rol de opositores.
Recordó que la libertad de prensa es una “piedra angular” de la democracia y que los periodistas contribuyen a mantener ese valor.
Sin embargo, también llamó a realizar una autocrítica en el sector, al cuestionar a los actuales dirigentes que casi no aparecen para reclamar por los derechos de muchos trabajadores que durante la pandemia se han visto afectados.
“¿Qué es lo que hacen los dirigentes? sólo aparecen cuando hay amenazas a la libertad de expresión, pero ahora que los periodistas están haciendo cobertura en hospitales y en la pandemia, ¿qué hacen?”, dijo en declaraciones a Radio Panamericana.
En tanto, el periodista y docente Andrés Gómez expresó que la crisis de la Covid-19 aceleró 10 años de cambios en el periodismo.
“La telecobertura, que iba a llegar en 10 años, llegó antes; la desaparición del soporte papel, que iba a llegar en 10 años, llegó en días; la dirección remota, el teletrabajo, las reuniones virtuales de agenda, llegaron antes del tiempo previsto”, dijo.
Siguió: “La Covid-19 transformó la forma de cobertura, la organización de agenda y potenció a las redes sociales hasta consolidarlas en el medio de medios”.
En Cochabamba, este 20 de mayo se tiene previsto un acto de homenaje a los periodistas fallecidos por la pandemia. La actividad es a las 8:00 en la plaza 14 de Septiembre.
El Día del Periodista Boliviano se recuerda según el decreto 1938 del gobierno de Germán Busch, que reconoció la actividad como una profesión.
