Huir hacía los límites: Tres niñas venezolanas víctimas de explotación sexual en la frontera

Fuente: Runrunes

El empobrecimiento de los venezolanos ha llevado a casi dos millones a huir hacia Colombia, la mitad son mujeres. La falta de oportunidades, xenofobia y la discriminación ponen a las niñas y adolescentes venezolanas en especial situación de vulnerabilidad


(04-08-2021). «Huir hacia los límites» es el  nuevo pódcast de Chicas Poderosas, en el que se recopilan fragmentos de vida de tres niñas venezolanas que se han visto obligadas a madurar a través del desarraigo, el hambre, las cargas de responsabilidad familiar.

De los casi dos millones de venezolanos que han llegado a Colombia huyendo de la crisis humanitaria que golpea al país, casi la mitad son mujeres.

El empobrecimiento derivado de la crisis económica las pone en especial situación de vulnerabilidad. Algunas de ellas se están convirtiendo en víctimas de explotación sexual por falta de oportunidades, por la xenofobia, y la discriminación.

Y las niñas y adolescentes venezolanas no escapan de esta realidad en la frontera entre Colombia y Venezuela.

Unicef describe la explotación sexual como lo que ocurre cuando una persona o grupo de personas incluye a niños, niñas y adolescentes en actos sexuales para satisfacción propia o de otras personas, a cambio de cualquier tipo de beneficio, especias, dinero o regalo.

Por sus edades, las menores venezolanas entran en cuadros más susceptibles en medio de una frontera compleja como lo describe Alejandra Vera, directora de corporación Mujer, denuncia y muévete del Norte de Santander.

«Me preocupan mucho las bandas organizadas y criminales que están detrás de ellas. Estas niñas quedan en unos lugares de peligros, como son los pasos ilegales y las trochas. Hay un peligro inminente para ella y su integridad. Están no solo expuestas a la violencia sexual, sino también a los femicidios», destaca la experta. 

Otras expertas consultadas en el pódcast advierten que estas menores se encuentran en una especie de «tierra de nadie», ya que deben lidiar con un espacio fértil para que surja todo tipo de violencia.

Añaden que están en situación de especial riesgo debido a la presencia de actores armados, legales e ilegales.

Los duros relatos

Los tres testimonios recopilados son de niñas y adolescentes de la frontera del estado Táchira y del Departamento Norte de Santander. Estas niñas y adolescentes se han convertido en víctimas de explotación sexual.

Se protegió la identidad de cada una de ellas, pero se reproducen los testimonios íntegros de todas las dificultades que han tenido que atravesar. 

Una de ellas, que llegó a Cúcuta siendo aún una adolescente con su pareja y una hija, narró que, ante la necesidad de no tener cómo alimentar ni vestir a su bebé en Venezuela, huyó del país y recibió una propuesta de trabajo sexual de su prima.

«Me dijo ‘toma dos preservativos, y al estar con un hombre, se lo pones’. Cobra esta cantidad, y no te vayas a otro lugar para evitar los problemas. Mi mamá se me quedó viendo cuando llegue con pañales y comida para nosotros, pero no expliqué qué estaba haciendo», narra una joven a la que identificaron como «Mariana».

Otra de ellas llegó con su novio y durmió los primeros días en las aceras de Cúcuta. «A veces no encontraba para la comida, a veces sí, a veces no, a veces sólo almorzábamos en Venezuela, por eso nos vinimos».

Aunque tiene un año siendo explotada sexualmente, sus familiares no saben a lo que se dedica. Quiere abandonar esa vida para superarse y estudiar.

Otra de las entrevistadas, que ya tiene 18 años, ha sido víctima desde los 16 años para mantener a su bebé y a sus cuatro hermanos, todos menores de edad. 

Dice que, a los tres días de dar a luz, tuvo que salir a trabajar a las calles, ya que no tenía para la leche y, además, una de sus hermanas tiene una discapacidad motora severa.

«Ellos llegan ahí y se ponen a hablar con uno. A veces, ni siquiera hablan con uno», comenta una de las víctimas. 

Chicas Poderosas: la iniciativa para que todas las voces sean escuchadas

La historia fue hecha por Paola Rodríguez Gáfaro, Keila Vilchez Boscán y Magaly Rubio Viasus. 

Este reportaje fue creado de forma colaborativa en el Laboratorio de Historias Poderosas realizado por Chicas Poderosas, con el apoyo de Open Society Foundations.

Catalina Ruiz Navarro acompañó y editó este proyecto. Luisa Fernanda Gómez fue la verificadora de datos.

Para conocer todas las  historias creadas en el Laboratorio de Historias Poderosas realizado en Colombia, puede ingresar al sitio web chicaspoderosas.org/historiascolombia.

También, usted puede seguir las cuentas en Twitter   Instagram y Facebook de Chicas Poderosas para conocer detalles del interesante trabajo que está haciendo esta comunidad global para el desarrollo de mujeres en medios y creando oportunidades para que todas las voces sean escuchadas.

¡Suscríbete a nuestro boletín!

Noticias relacionadas